El 26 de enero un detective de la Policía de Investigaciones (PDI) se dirigía a su trabajo. Mientras iba en la diagonal La Lilas, llegando a Teniente Cruz, en Pudahuel, fue abordado por cinco sujetos, quienes intentaron robar su auto. El policía intercambió disparos con los delincuentes, pero estos lograron escapar.
No es primera vez que un policía de la PDI sufre un intento de robo. La misma institución debe enfrentar un problema que se replica y ha crecido de manera importante a nivel nacional. De hecho, según las propias cifras de la Policía de Investigaciones, las denuncias por robos aumentaron en un 39% durante el 2022 respecto del año anterior, pasando de 9.248 a 12.895.
“Lo que hemos visto es un incremento respecto de la violencia en la comisión de este tipo de hechos y no solo la violencia que hemos apreciado en los robos con intimidación o los conocidos como portonazos y encerronas, que han salido mucho a la luz pública, sino que también en los robos en lugar habitado, en asaltos que hemos tenido a locales comerciales de telefonía y computación de algunas tiendas de retail”, señala el subprefecto Óscar Bacovich, jefe de la Brigada Investigadora de Robos e Intervención Criminalística de la PDI.
Desde la institución policial afirman que no solo la forma en que se está cometiendo estos delitos ha cambiado, sino que también las estrategias que tienen los delincuentes, siendo cada vez más complejas y preparadas, destacando el uso de tecnología en algunos robos, incluso usando inhibidores de señal para ingresar a tiendas comerciales.
A pesar de que el nivel de denuncia de robos aumentó considerablemente, esto no se tradujo en el número de detenciones, el cual solo se elevó en un 2,5%, pasando de 2.392 en 2021, a 2.453 durante el 2022.
Si bien todas las regiones del país vieron subir sus cifras de denuncias de robos, Los Ríos fue donde más creció, registrando un 70% más respecto del año anterior, seguida de Arica (59,5%), O’Higgins (59,3%) y Magallanes (59,3%). En la Región Metropolitana, que concentra por lejos el mayor número de estas denuncias (4.282), el aumento fue de 37,9% versus el año pasado. Más atrás en número se ubican las regiones de Valparaíso (1.249) y Biobío (1.195) (ver infografía).
Tipo de delincuentes
El subprefecto Bacovich apunta al perfil de los delincuentes que cometen este tipo de delitos, donde se destaca que muchos son menores de edad y que ya tienen experiencias en la concreción de ilícitos.
“También hemos tenido el fenómeno de portonazos y encerronas, en el cual en más del 90% de las bandas que ha desbaratado la PDI en los últimos cuatro años son menores de edad y lógicamente tienen un objetivo distinto, muy variable respecto del tipo de banda, que puede ser el robo de vehículo por encargo o vehículos para cometer otros delitos violentos”, explica Bacovich.
Además, el detective indica otra problemática que ha detectado la institución, que es cuando delincuentes se conocen dentro de centros de reclusión provisoria en el caso de adolescentes y en las cárceles cuando son adultos, lo que dificulta que estos delitos se detengan, ya que las bandas se masifican.
“Hemos detectado con las diferentes investigaciones que ha realizado la unidad especializada de la PDI que hoy ya no están sectorizadas. Por ejemplo, antes teníamos una banda del sector norte de Santiago, otra del sector occidente, otra del sector sur, y hoy tenemos bandas en que dos de ellos son del sector sur, tres del occidente, por ejemplo”, comenta el funcionario policial.
Alianzas internacionales
Además, la Policía de Investigaciones ha logrado identificar que existen ciertos delitos que se han importado desde otros países, creando nuevas formas de cometer ilícitos, lo que ha llevado a la institución también a generar nuevas maneras de investigar.
“Hay modalidades que antes nosotros no teníamos como fenómenos delictuales propiamente tales y que en algunos de los casos, como es el robo de relojes de alta gama, claramente tenemos una banda que importa un delito cometido por extranjeros, donde la totalidad de la banda es integrada por extranjeros”, dice Bacovich.
En este escenario, cuenta el subprefecto, la Policía de Investigaciones ha tenido que generar alianzas con entidades policiales de otros países que ya han sufrido estos fenómenos delictuales, para así poder investigarlos de mejor manera.
“Nosotros hemos tenido contacto con diferentes policías del cono sur, incluso de Centroamérica, y más específicamente con México, donde este fenómeno también apareció hace unos años, y a través del Interpol hemos tenido que contactarnos para conocer un poco más el fenómeno, el perfil de estos delincuentes y poder ir adaptando el desarrollo de las investigaciones que lleva a cabo la PDI”, concluye Bacovich.