Cuando nació el Transantiago, hace 12 años, tener buses eléctricos representaba solo una idea aplicada en países desarrollados y que, se decía, era la solución para ciudades contaminadas como Santiago. Pero los precios de la industria automotriz y la penetración de fabricantes de países como Brasil en esa época llevaron a que esa iniciativa no pasara del papel. Pero hoy, la biografía de la capital de Chile registrará un hito: contará con 100 buses eléctricos este año, convirtiéndose, según la autoridad, en la mayor flota después de China.
El gobierno pasado planeaba exigir este tipo de vehículos en la licitación del sistema de transportes el año pasado, pero el certamen finalmente no se concretó. La actual administración se puso la meta de comprar estos vehículos de todos modos este año, con el fin de mejorar la calidad de los buses, pues algunos superan su vida útil y están en un mal estado.
El subsecretario de Transportes, José Luis Domínguez, explica que se realizó un trabajo con el sector privado para adquirir flotas con "cero emisión" de gases con efecto invernadero. Señala que la empresa Enel adquirió las máquinas al fabricante BYD y ese monto, finalmente, será pagado por el operador Metbus, como arriendo a 10 años.
Esta firma, a su vez, recibirá los recursos del Estado. "No son buses más caros, sino que representan un ahorro", dice Domínguez, por un monto que llega a US$ 330 mil por máquina. La empresa BYD ya tiene terminados 60, de un total de 100 vehículos comprometidos, los que fueron visitados por el subsecretario el jueves pasado en Nanjing, China. Se fijaron fechas para la llegada: a fines de noviembre, los que serán enviados en barco a Chile. Otras 100 unidades serían fabricadas en los próximos meses por la empresa Yutong y podrían estar en el país durante el verano.
Sin torniquetes
Una de las principales ventajas de los buses eléctricos será el ahorro en cuanto a precios de la energía. Simone Tripepi, gerente de Enel X para Latinoamérica, afirma que el costo por kilómetro es de apenas $ 70, mientras que en una máquina a diésel es de $ 210. "Este proyecto es único y también esperamos participar en la licitación que se hará este año", dice, como proveedor de buses a las compañías de transportes interesadas.
Tamara Berríos, country manager de la empresa BYD en Chile, describe que esta partida de vehículos tiene la característica de no generar emisiones ni ruido. "Además, las baterías se cargan en tres horas en estaciones que estarán en los terminales", precisa. Los buses ya fueron pintados de rojo y blanco por requerimiento de la autoridades, tonalidad similar a la de los trenes de metro. La idea es que la experiencia de viaje sea similar a la del tren subterráneo, servicio bien evaluado por las personas. Berríos añade que los buses poseen 12 metros de largo y 31 asientos. Sin embargo, caben 80 personas de pie y sentadas. Para mayor confort, tendrán wifi y aire acondicionado. El subsecretario añade que no tendrán torniquetes para poder ingresar, sino que la evasión se conocerá a través de contadores de pasajeros o cámaras que muestran quién paga.
Enel, por su parte, instalará 100 cargadores eléctricos en los terminales de Peñalolén y Maipú. La mantención de los vehículos será realizada por el fabricante por un año. Esta red es clave para vehículos con una autonomía de 250 kilómetros y que deben cargarse en pocas horas.
Se podrán tomar en las avenidas Grecia, Vicuña Mackenna y parte de la Alameda, en recorridos como el 516. Así, por ejemplo, un usuario podrá esperarlo fuera de la Estación del Metro U. de Chile.