La reducción de las brechas en los puntajes de la Prueba de Transición permite prever que los jóvenes de liceos municipales y técnicos tendrán más posibilidades de estudiar, pero también desafía a las universidades a fortalecer sus programas de acompañamiento. En esta entrevista, la vicerrectora académica de la Universidad de Chile, Rosa Devés, plantea que las instituciones deben mejorar sus sistemas de inclusión, lo que también implica que los profesores se adapten a una nueva pedagogía.
¿Cuál cree que es la brecha más importante que se redujo?
Creo que es el convencimiento de que tiene que haber un cambio. Parece poco concreto, pero lo más importante es habernos comprometido a cambiar este instrumento, de manera que sea más equitativo en todo sentido, no solo en la medición, sino que también en el proceso. La prueba dio un buen resultado, pese a que, en las condiciones en que se rindió, uno podría haber imaginado que las brechas serían mayores. La Prueba de Comprensión Lectora acortó más las brechas, lo que hace sentido, porque fue la que más cambió, al eliminarse la sección de conectores, que no medía bien. Pero también hay otras cosas que se modifican, como la posibilidad que se da a los jóvenes de participar en el proceso si están en el 10% superior de su curso. Hay un convencimiento, un acuerdo social, de que esto debe cambiar.
¿Cómo se reflejará esto en la admisión de las universidades? ¿Aumentará el ingreso de jóvenes de colegios municipales y técnicos?
Al menos no entrarán menos (de lo usual), lo cual es positivo, pero no creo que esto se refleje en un cambio radical en la admisión. En los últimos años las universidades hemos trabajado en cambiar esta balanza, incentivando el ingreso de estudiantes a través del Programa PACE. Hay que profundizar eso.
¿Pero habrá un cambio en la composición de los nuevos alumnos 2021?
La composición va a cambiar por esta opción de la habilitación (de los alumnos del 10% superior de sus cursos). Son casi cinco mil estudiantes que podrán postular, que antes estaban totalmente excluidos. Habrá un cambio en la dirección correcta, pero no radical.
Las universidades en marzo tendrán una nueva realidad...
Y ya la veníamos empujando, tenemos un ingreso especial para estudiantes de pueblos originarios, para estudiantes en situación de discapacidad. Estamos pasando de corregir una realidad, que es solo socioeconómica, a mirar otros factores, como la multiculturalidad y los programas de diversidad de género. Entonces, tenemos que celebrar y profundizar el cambio, pero no limitarnos a esto.
Habiendo acortado la brecha en la prueba, que era una barrera en la admisión, ¿qué otras deben derribar las universidades?
Hay que entregar apoyos para que los estudiantes tengan un progreso académico efectivo y que la deserción sea cada vez menor. En eso hemos avanzado, porque cuando invitamos a estudiantes a ingresar a través de programas especiales, la responsabilidad por su desempeño es fundamental. Tenemos esos sistemas de apoyo, que siempre pueden mejorar. Tenemos centros de aprendizaje especializados, para apoyar a estudiantes y también a profesores, los que también tienen que aprender a trabajar con una pedagogía inclusiva. En el modelo antiguo, un profesor solo entregaba sus conocimientos. Hoy nos preocupa, además, el desarrollo integral de las capacidades, y para los profesores es un cambio importante que les digan: “Usted ya no es solamente profesor de Termodinámica, usted es un formador integral de una persona a quien le enseñará termodinámica”.
¿Cree que, debido a este cambio en los puntajes, la universidad podría necesitar más programas de acompañamiento?
No, porque son estudiantes que en la prueba demostraron que sabían. Que haya una menor brecha no significa que habrá alumnos menos preparados, significa que los medimos mejor. No es una prueba más fácil, es una prueba más útil, mejor, que mide competencias y habilidades sobre la base de aprendizajes adquiridos. La PSU estaba estrechamente vinculada a los detalles del currículum.
Ya que la pandemia todavía no termina, ¿cree que podría haber un aumento de la deserción?
No creo. Así como no vimos un efecto negativo en la prueba, tampoco creo que aumente la deserción, especialmente después de lo vivido el año pasado, cuando con esfuerzo cumplimos nuestra misión. En la universidad el año pasado no aumentó la deserción.