El abogado y sacerdote jesuita, Marcelo Gidi, se refirió a la reunión del Papa Francisco con las víctimas chilenas del caso Karadima, quienes fueron invitados al Vaticano luego que la máxima autoridad de la Iglesia reconociera haber cometido "graves equivocaciones de valoración" al no escuchar las acusaciones de encubrimiento que apuntaron al obispo Juan Barros durante su visita a Chile.
"El Papa está tratando de corregir el error personal, además de corregir los errores de otros, en este caso del Obispado en Chile. Es una muestra que el superior es también responsable de los actos de los subordinados", explicó Gidi a Radio Duna luego que Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo fueran recibidos por la máxima autoridad de la Iglesia.
"Un obispo, en cierto modo, también es responsable de los errores que han cometido sus sacerdotes. Como también un superior de una institución religiosa. El Papa está hablando en esta línea, a las nuevas medidas que se aplican a todas las personas", dijo el religioso.
Y continuó: "En la Iglesia nadie se tiene que sentir desprovisto de cuidado. Y si no te responde tu pastor inmediato, siempre podrás recurrir a otra persona. Pero el problema de las diócesis no es tanto la independencia, sino una división pastoral que ha impedido que podamos llevar adelante ese profetismo que era característico y que se apagó.
Para el sacerdote, "el problema con el que el Papa se va a encontrar, para resolver junto a la Conferencia Episcopal chilena, no es única y exclusivamente solo de abuso sexual. El abuso sexual hace trascender la problemática de fondo que es la falta de guía al momento de hacerse cargo de nuevas realidades".
En este sentido, Gigi sostuvo que "la Iglesia chilena no podemos negar que está dividida en instituciones, espiritualidad, movimientos y líneas pastorales".
Agregó que "no tenemos proyectos pastorales con los que podamos sentirnos involucrados para tirar adelante el mensaje de la Iglesia", además de que la "autoridad moral" de la mayoría de los pastores superiores "está muy cuestionada".
"Nosotros como iglesia, creo yo, no hemos respetado a la sociedad. No hemos tenido esta medida de profundidad para reconocer que en esta nueva sociedad chilena hay muchos signos buenos por los que la iglesia puede seguir ayudando y aportando. Es otro elemento porque hemos aparecido con autoritarismo", sostuvo.
Y agregó que en su visita a Chile el Papa dijo "basta con clericalismo, autoritarismo, paternalismo" y que con su invitación a las víctimas de Karadima "nos está invitando a respetar al otro".