Cuatros días se han cumplido desde que los enviados papales, Charles Scicluna -que debió suspender su participación por un problema médico- y Jordi Bertomeu, llegaron a Chile para iniciar el proceso de entrevistas con víctimas de Fernando Karadima y miembros de la Iglesia, que busca esclarecer un posible encubrimiento de parte del obispo de Osorno Juan Barros.
En el -aparente- último día de reuniones, el sacerdote de la misma comuna, el alemán Peter Kliegel, se refirió al proceso y aseguró que "se ha comprendido muy bien la situación y se ha entendido con claridad la importancia de una solución". Esto, según explicó, a diferencia de lo ocurrido con la visita a Chile del Papa Francisco que habría relativizado las denuncias contra Barros, asegurando que el Pontífice "confió mucho" en la escasa información que se le entregó al respecto.
Kliegel ha sido un abierto opositor al rol que cumple el obispo en Osorno, incluso en 2015 le recomendó que renunciara al cargo. Y en conversación con Tele13 Radio manifestó que durante largos años se "gozó bajo la conducción de obispos maravillosos que trataron de abrir la Iglesia desde las ideas y eso cambió. Esto confundió tanto a la comunidad, que estamos extrañados".
De manera seguida, añadió que "el obispado está cerrado y de verdad no sabemos dónde se ubica (Barros)".
"Son sus vacaciones, pero me imagino que él se ve ahora en muchas complicaciones y que por eso no está en Osorno. Me imagino, no lo sé", sostuvo.