Acompañado por un chofer, a las 15.30 horas de hoy ingresó a la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales (Brisexme), de la PDI, el suspendido sacerdote diocesano Cristián Precht. En el recinto policial declaró en calidad de imputado ante detectives y el fiscal especialista en delitos sexuales de la Fiscalía Sur, Guillermo Adasme.

Esta es la segunda citación a la que debe asistir Precht. La primera fue en el marco de la investigación por los presuntos abusos en que están implicados miembros de la congregación marista. En esta ocasión, debió responder consultas por su eventual rol en el encubrimiento de los presuntos abusos sexuales cometidos por el ex capellán castrense, Pedro Quiroz.

Según un comunicado del Obispado Castrense, el caso del presbítero se conoció en julio de este año, a través de la oficina de escuchas confiada por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, al

Consejo de la Prevención de Abusos de la Iglesia chilena. Allí se recibió "una denuncia por abuso sexual de un menor de edad", sobre hechos ocurridos en 1997 y por los cuales el obispado inició una investigación previa y aplicó, como medida cautelar, la "prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal", según señala el escrito.

Tras la declaración de Precht, que se extendió por tres horas y media, el sacerdote se retiró en silencio.

El fiscal Guillermo Adasme señaló que Precht "fue muy amable" en su declaración, la que fue "en calidad de imputado, respecto del conocimiento de hechos a propósito del cargo que él ejerció en el período de 2000 a 2009, como vicario de la zona sur".

La declaración se dio después de que la Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago rechazara el recurso de amparo interpuesto por su abogado, Luciano Foullioux, respecto a la medida cautelar impuesta por la Iglesia de Santiago.