El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) emitió este miércoles una “alerta fitosanitaria” luego de detectar ejemplares del caracol gigante africano, considerado dentro de las 100 especies más tóxicas que existen en el planeta.
De acuerdo a lo informado desde el SAG, se detectados dos caracoles de la especie Lissachatina fulica. El primero de ellos se halló en plantas ornamentales de ingreso ilegal en la Región de Tarapacá, mientras que el segundo espécimen se detectó en la Región de Arica y Parinacota, cuando unos turistas intentaron ingresar una caracola o concha, que en su interior aún tenía al molusco, traída desde un viaje a Brasil.
El servicio informa que “Lissachatina fulica es una plaga que no se encuentra presente en Chile y junto con ocasionar importantes daños a la agricultura y al medio ambiente, podría portar nematodos que ponen en riesgo la salud de las personas. Por ello el llamado del SAG a la ciudadanía es a no comprar productos vegetales en el comercio ilegal y a denunciar la eventual presencia de este caracol, que es considerado como una de las 100 especies exóticas invasoras más peligrosas del mundo”.
Asimismo, el organismo mostró su preocupación debido a las consecuencias que tiene la especie para los cultivos, debido a su “apetito voraz, causando gran desmedro en las plantas cultivadas”. También destacan su comportamiento hostil, “por su gran capacidad para desplazar a poblaciones de caracoles nativos (muchos de ellos endémicos) al competir por el mismo hábitat y alimento, y por la depredación de flora nativa, entre otros impactos”.
El SAG se coordinó con las autoridades del Ministerio de Salud, con el fin de estudiar el riesgo de zoonosis. Sin embargo, “el Laboratorio de Malacología del SAG descartó que los ejemplares detectados en el país estuvieran contaminados con los nematodos parásitos que causan enfermedades a las personas y que se transmiten a través secreciones y baba contaminada del caracol”.
La especie es considerada una plaga cuarentenaria ausente para Chile, pero que se encuentra presente en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela, “produciendo un fuerte impacto en los territorios donde se ha introducido”.
Tras el hallazgo, desde el SAG informaron del reforzamiento de la vigilancia y fiscalización de espacios como viveros, ferias libres y florerías de la zona norte. En pasos fronterizos se buscará mediante el olfato de canes para la identificación del molusco y así evitar su ingreso.