Luego que Argentina levantara la semana pasada una alerta por la detención de influencia aviar de alta patogenicidad en flamencos silvestres, específicamente en la provincia de Catamarca, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) anunció este lunes que se redoblaron los trabajos de vigilancia epidemiológica en las zonas altiplánicas de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta.
El motivo principal apunta al pleno apogeo de la temporada de migración de aves que ya se están trasladando desde el hemisferio norte hacia el sur, por lo que la situación en el país vecino implicaría una potencial alza en la circulación del virus de la influenza aviar en la avifauna silvestre de Chile, aumentando también el riesgo de enfermar de las aves de traspatio.
Por ello, las labores se estarían concentrando en monitorear a las aves en humedales, salares y en los diversos campos de agua, no encontrando a la fecha animales enfermos o sospechosos al virus.
Desde el organismo se explicó que el flujo migratorio de aves hacia nuestro país se inicia en septiembre, y se experimenta un incremento gradual en su cantidad a lo largo de los meses. Este fenómeno alcanza su punto máximo hacia finales de diciembre, cuando la presencia de estas aves migratorias es más notable.
Cabe indicar que a la fecha, y desde que se detectó el primer caso de influenza aviar de alta patogenicidad en 2022, el SAG ha detectado 50 especies de aves silvestres positivas al virus.
Al respecto, el director nacional del Servicio, José Guajardo Reyes, explicó “este caso positivo a influenza aviar detectado en Argentina nos genera una considerable preocupación en nuestro país, y es por eso que nos encontramos monitoreando ésta y otras especies que cohabitan el altiplano chileno, para la detección oportuna de esta enfermedad y así poder implementar medidas preventivas”.
En Chile habitan tres especies de flamencos, cada una de ellas con un estatus de conservación particular. El flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis) se cataloga como casi amenazado, mientras que la Parina chica (Phoenicoparrus jamesi) y la Parina grande (Phoenicoparrus andinus) son consideradas como especies vulnerables.