A inicios de enero, la Subsecretaría de Redes Asistenciales -junto con el equipo de médicos intensivistas que se encargan de la gestión de camas críticas a nivel nacional- activó un plan de preparación de las Unidades de Paciente Crítico. El objetivo era que especialistas visitaran todas las regiones del país, tanto en hospitales como en clínicas, para ver en terreno las debilidades y fortalezas de la capacidad del sistema para aumentar su oferta de camas críticas.
A la fecha, los equipos de Redes Asistenciales han estado en seis regiones y hoy el subsecretario Alberto Dougnac se sumará a las visitas en La Araucanía y Los Ríos.
Dougnac afirma que el trabajo ha sido clave para “conocer las realidades locales” de las 126 UCI que existen en el país y para “generar vínculos que nos permitan gestionar de mejor manera los recursos que disponen esas unidades”.
El despliegue en terreno del gobierno se da justo en un momento clave de la segunda ola de la pandemia. De hecho, este miércoles se estaba llegando al límite en regiones como Valparaíso y Biobío. El Minsal está consciente de esto, por eso es que ha intensificado su trabajo en contacto con directores de clínicas y hospitales para apurar el proceso de apertura de nuevos cupos críticos. “La red está bien demandada. Se ha mantenido en torno al 90%, pero esto es asimétrico a nivel de regiones. Algunas están muy demandadas, nos preocupa especialmente el norte, como Tarapacá y Antofagasta”, reconoce Dougnac.
El subsecretario cuenta que este miércoles los equipos de gestión de camas se reunieron para analizar el escenario actual y “proyectar la demanda de camas que requerirán las regiones en los próximos siete o 14 días”.
La meta para la RM
El expresidente de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva y actual integrante del equipo de gestión clínica del Minsal Tomás Regueira dice que una de las metas para los próximas semanas es que la Región Metropolitana pueda abrir de forma progresiva al menos 400 camas UCI. “En la última semana crecimos en 200 camas y el 70% de ellas creció en regiones. O sea, las propias regiones que están en problemas se están autogestionando, apoyados en nosotros, pero eso ya no es posible, porque están en el límite de su capacidad. Esperamos que ese porcentaje se revierta a la brevedad con un aporte mucho más significativo de la Metropolitana”, dice el intensivista. Incluso, si la situación empeora, la meta podría elevarse a 700 cupos críticos.
La estrategia apunta a que Santiago pueda apoyar al resto de las regiones, sobre la base de que la capital pueda mantener el 4% de positividad y no se convierta en un problema. Eso sumado al transporte aéreo, que mueve a más de ocho pacientes por día, permitiría descongestionar las regiones.
El coordinador nacional de camas críticas, Luis Castillo, complementa el escenario asegurando que “durante la primera ola fueron 3.850 camas el máximo habilitado en cuidados intensivos. Hoy, lo que tenemos habilitado son casi 2.300 camas, es decir, aún tenemos espacio para crecer de forma progresiva”. Y agrega que la situación debe monitorearse según el avance de la pandemia: “Lo más probable es que si llegamos al piso del máximo habilitado en la primera ola, tengamos que seguir creciendo, eso no lo puedo asegurar, porque no ha sucedido. Seguimos contando con las transferencias de regiones hacia la RM por vía aérea”.
Este miércoles se registraron 3.583 casos nuevos de Covid-19. Se reportaron 21 fallecidos, elevando la cifra total a 17.594 decesos.