Este año la U. Central cumple 36 años. Fue una de las primeras universidades creadas después de 1981 y su rector Santiago González habló con La Tercera sobre los desafíos que traerá la Ley de Educación Superior en el sector.

En el Congreso se aprobó la reforma a la educación superior y con ello la gratuidad universal, ¿qué le parece esta política?

El país tiene que dar gratuidad en la medida de sus posibilidades económicas. Partimos con los jóvenes de los primeros seis deciles lo que es un tremendo avance, y esperamos que el país crezca económicamente y podamos llegar a entregar una gratuidad universal. Los jóvenes tienen que tener la posibilidad de estudiar gratuitamente, pero también deben tener la conciencia de que la educación que el Estado les va a entregar tiene un valor, que es algo que todos los chilenos vamos a tener que pagar. Los estudiantes van a tener que esforzarse, estudiar y cumplir con las exigencias que les van a hacer las universidades para que puedan mantener sus estudios gratuitos, porque no nos olvidemos que la ley establece que el beneficio se mantiene mientras dura la carrera y si se demoran un año más van a tener un porcentaje de la gratuidad, y si se retrasan aún más van a perder el beneficio. Esto es un tremendo desafío para nuestros alumnos, tienen que tener conciencia de que la gratuidad no es gratis, tenemos que pagarla todos los chilenos.

Ustedes cumplen con los requisitos para ingresar a la gratuidad, ¿les preocupan los problemas de financiamiento que han expresado otros planteles para tomar la decisión de sumarse ?

En este aspecto tenemos que tener mucha claridad de que las universidades necesitan recursos para desarrollar su actividad académica de una forma eficiente y de acuerdo a los estándares de calidad que exige la misma ley. Es clave y tremendamente estratégico que la comisión que va a definir los aranceles de referencia que se van a transferir a las universidades actúe con mucho criterio y conforme a la realidad. Porque esta ley y la gratuidad podrían ser un gran fracaso si las universidades no reciben los recursos que realmente necesitan. Si vamos a dar gratuidad debemos tener conciencia y claridad de que tiene que ser financiada y ahí el Estado tiene que establecer los recursos necesarios. Si vamos a entregar el beneficio sólo para hacer docencia eso no va a ser un éxito, porque las universidades tienen que hacer docencia, vinculación con el medio e investigación.

¿Cree que todas las Ues. adscritas a la gratuidad deberían recibir aportes basales desde el Estado?

En la Ley de Educación Superior quedó definida la entrega de fondos basales solamente para las universidades estatales y del G9. Nosotros creemos que es una discriminación porque los planteles privados somos los que tenemos la mayor cantidad de estudiantes, por lo tanto tenemos que entregar aportes basales no solamente a las Ues. tradicionales, sino que hacerlo con todas las universidades adscritas a la gratuidad. ¿Por qué vamos a discriminar entre unas y otras si todas al final entregamos bienes públicos? Deberían existir condiciones que garanticen al Estado de que esos aportes se van a bien utilizar en las universidades. Creo que eso debería estudiarse y evaluarse para que podamos nivelar a todos los planteles adscritos al beneficio. Si vamos a apoyar a una, hagámoslo con todas.

¿Espera que el nuevo gobierno pueda hacer modificaciones que les permitan recibir aportes basales a las Ues. con gratuidad?

Creo que el gobierno tiene dos opciones: entregar aportes basales o mejorar el arancel de referencia. Mejoramos los aranceles de referencia, que permitan hacer docencia e investigación, o entregamos aportes basales como se otorga a los planteles del Estado y al G9.

Ustedes son una universidad creada en 1982, una de las más antiguas de las instituciones privadas, ¿cómo creen que afectó a este sector lo que pasó con la U. del Mar, la U. Arcis y la U. Iberoamericana?

Ha afectado al sistema de educación superior, porque el estudiante no tiene ninguna posibilidad de evaluar la calidad académica ni las fortalezas económicas cuando se incorpora a una universidad. El alumno postula y el Estado tiene que garantizarle que ese plantel va a poder entregarle la educación que él necesita. Por eso que es importante que exista la acreditación obligatoria, una Superintendencia para que el estudiante pueda tener garantía. Sin lugar a dudas que la desaparición de Ues. en las condiciones que hemos visto en el último tiempo afecta la credibilidad del sistema completo y eso es algo que no podemos permitirnos.

El proyecto tuvo durante su tramitación un rechazo importante.

No nos olvidemos que este es un sector donde hay intereses económicos detrás, por lo tanto hay gente que criticó esta ley porque ha visto afectados sus intereses económicos. Las grandes discusiones que se han dado en torno a esa ley han sido por temas económicos, no temáticas académicas y eso no habla bien de nuestro sector. El modelo de la U. Central debería replicarse en las Ues.privadas. Una universidad independiente, que no tenga compromisos con grupos económicos, ni políticos, ni religiosos y que se preocupe de la calidad académica de sus estudiantes.