"50 años de trabajo. 50. Todo destruido en solo cuatro horas". El administrador de La Hacienda Gaucha repite la frase como si fuera un mantra rabioso e impotente, parado afuera del local de cinco pisos que está en la esquina de avenida Vicuña Mackenna y la calle Carabineros de Chile, o más bien, de lo que quedó de él, porque el martes fue saqueado por completo e incendiado.
Adentro no quedó nada. A sus pies, solo queda una pira de cenizas y restos de muebles quemados que fueron sacados para armar barricadas, algunas copas quebradas, tenedores y cajas para trasladar bebidas semichamuscadas.
De nada sirvieron las planchas metálicas que instalaron con fierros y soldaduras para bloquear puertas y ventanas, pues en solo unos instantes las destruyeron no con fuerza, sino con herramientas para cortar metal. Un trabajador del restaurante que solicitó reserva de su nombre, dijo a La Tercera que durante los 25 días que llevan sin abrir sus puertas producto de los disturbios en el sector de Plaza Italia, varias veces habían intentado ingresar "y habían aguantado", pero que posiblemente esta vez lo hayan logrado tras robar máquinas de la construcción que tienen al frente, donde se edifica la Escuela de Postgrados de la Universidad de Chile y que también fue incendiada.
La familia Torre Villar, dueña del restaurante, declinó dar declaraciones a este medio, pues están "consternados". Y se entiende. Casi todos sus negocios se han visto destruidos tras las olas de saqueos que se han desatado en el sector desde el pasado 18 de octubre. Son los mismos dueños de la cadena de hoteles Principado y la fuente de soda La Terraza, cuyos establecimientos han sido contantemente atacados. De hecho, al enterarse de los últimos saqueos, el patriarca, Francisco "Lucio" Torre, de 79 años, sufrió una descompensación y fue internado de urgencia.
El primero en ser asaltado fue el Hotel Principado de Asturias, en Ramón Carnicer 21, frente al Parque Bustamante en la comuna de Providencia, el miércoles 23 de octubre. Una turba de 40 personas ingresó a la fuerza, rompiendo ventanas, robando mobiliario y rayando paredes por dentro y por fuera. Los pasajeros que ahí se hospedaban tuvieron que ser reubicados en distintos hoteles de la capital. "Estoy tan dolido que las palabras no me salen, sé que nos vamos a levantar, este es un gran hotel", decía al día siguiente su administrador, Iván Marambio.
Pasaron menos de dos semanas y el mismo hotel fue nuevamente atacado. El lunes 4 de noviembre, manifestantes sacaron las maderas que habían puesto en el perímetro para impedir el ingreso, las usaron para prender barricadas y volvieron a saquear. Los daños ya estaban siendo investigados por la Fiscalía Metropolitana Oriente.
Y esta semana el daño fue múltiple. El martes no sólo fue saqueada e incendiada La Hacienda Gaucha, sino también el apart hotel contiguo. Y al frente, a la vereda oriente de avenida Vicuña Mackenna, ingresaron a la fuente de soda La Terraza, donde saquearon el interior, y al Hotel Principado, que también ya llevaba varios días cerrado.
A diferencia del restaurante de carnes a las brasas, en la fuente de soda la mayoría de las mesas y sillas se encuentran empotradas en el suelo, por lo que no pudieron sacarlas. En cambio, las de La Hacienda Gaucha fueron todas robadas. Un testigo señaló que las que no fueron quemadas, fueron usadas como escudo por parte de los encapuchados que se enfrentaban a Carabineros. Solo en el restaurante son 38 los empleados que quedan paralizados, pues aunque ninguno ha sido despedido, nadie sabe cuándo los negocios de la familia Torre Villar podrán volver a operar.