Sargento Raúl Ávila: "Estoy consciente de la gravedad de este hecho"
El efectivo policial confesó que destruyó la tarjeta de video de su cámara GoPro.
El 17 de noviembre llegó hasta la Fiscalía Regional de La Araucanía el sargento Raúl Ávila, para declarar por segunda vez ante los persecutores del caso. En este testimonio buscaba aclarar antecedentes entregados en su primera declaración, como también a explicar por qué mintió al señalar que no portaba su cámara GoPro durante el operativo que terminó con la vida de Camilo Catrillanca.
Ávila comenzó declarando al fiscal que él no participó de la capacitación Jungla en Colombia y que sus conocimientos los adquirió en el Gope. Luego, se refirió a los hechos ocurridos el 14 de noviembre.
El sargento manifestó que "la primera vez que yo tomé contacto visual con el tractor azul fue aproximadamente a 100 metros de distancia, y recuerdo que esto sucedió luego de que pasamos el tercer corte (...). Los disparos que yo reconozco haber efectuado los realicé tanto antes como después de haber tomado contacto visual con el tractor, pues como señalé en mi primera declaración, estábamos siendo objeto de disparos hacia nosotros de ambos costados. De hecho, desde el momento en que tomé primer contacto visual con el tractor hasta que lo encontramos en un costado de la ruta, siempre fuimos objeto de disparos hacia nosotros. Una vez que llegamos hasta el lugar donde quedó el tractor y luego de que llegó Fuerzas Especiales, no recuerdo si siguieron los disparos".
Posteriormente, dice que cuando llegó al lugar Fuerzas Especiales, "yo ya tenía contenido al joven que había saltado desde el tractor. Sí, escuché disparos hacia nosotros, por lo cual me preocupé de protegerlo". Agregó que no recuerda cuántos disparos escuchó.
Luego ahondó en lo que pasó con la cámara GoPro, reconociendo que sí llevaban cámaras, a diferencia de lo afirmado en su primera declaración ante la fiscalía.
"(La cámara) estaba puesta en mi casco, como lo hago cuando lo ocupo", dijo Ávila, quien agregó: "Quiero precisar que esa cámara no estaba grabando, pues antes de concurrir hasta el sitio del suceso, recuerdo haber encendido la cámara para revisar si tenía batería y en ese momento me di cuenta que tampoco tenía la tarjeta de memoria, dándome cuenta de ello, porque la cámara entrega un mensaje que no recuerdo exactamente cuál es, pero indica eso. Fue en ese momento que recordé que esa tarjeta de memoria yo la había extraído días atrás. Eso lo hice porque esta cámara la usé durante mis vacaciones que tomé junto a mi familia, y dentro de las imágenes que estaban en esa memoria había imágenes y videos íntimos con mi señora, entonces mi idea era respaldarlos y luego borrarlos desde la tarjeta para que luego esta fuera utilizada en el trabajo. Reconozco que fue un error".
Finalmente, agregó que cuando entregó la cámara de video al fiscal no le dijo que no tenía la memoria. "Una vez que me retiré a mi domicilio, y al ver la gravedad de la situación que se estaba investigando, la verdad es que me asusté y por eso, y por el temor de exponer a mi señora, tomé la decisión de destruirla, cortándola con una tijera y luego arrojándola al baño. Estoy consciente de la gravedad de este hecho".
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