Con 223 votos contra 205, la Cámara de Representantes votó el martes para pedir formalmente al vicepresidente Mike Pence que utilizara la Vigésimo Quinta Enmienda, para sacar a Donald Trump de la Presidencia luego de que incitara a una turba a que atacara el Capitolio la semana pasada. Sin embargo, Pence se negó. “No creo que ese curso de acción sea lo mejor para nuestra nación o sea compatible con nuestra Constitución. No cederé ahora a los esfuerzos en la Cámara de Representantes para jugar juegos políticos en un momento tan serio en la vida de nuestra nación”, escribió en un comunicado el vicepresidente, que se reunió con Trump en la Oficina Oval el lunes por primera vez desde su pelea la semana pasada.
Pese a la negativa de Pence, un nuevo pedido de impeachment pasó a discutirse en la Cámara de Representantes, donde este miércoles fue aprobado con 232 votos a favor y 197 en contra. De los legisladores que votaron a favor, 222 eran demócratas y 10 republicanos.
El mandatario republicano se convirtió en el primer Presidente estadounidense en ser acusado dos veces.
Entre multitudes de miembros de la Guardia Nacional armados circulando por el Capitolio, los legisladores se reunieron este miércoles para debatir el juicio político contra Trump, una semana después de que una turba de sus partidarios irrumpiera en el Congreso.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, nombró el martes a nueve demócratas como administradores del juicio político contra Trump. Todos ellos son abogados con experiencia en derecho constitucional, derechos civiles y aplicación de la ley. Además, provienen de distintas partes del país y representan a las diferentes alas ideológicas del partido. De los nueve, siete son afroamericanos, LGBTQ o mujeres.
La congresista por California nombró al representante Jamie Raskin, un abogado constitucionalista de Maryland que redactó el artículo de la acusación contra Trump, como el director principal del juicio. “Me siento honrado de formar parte de un equipo con abogados y representantes extremadamente distinguidos”, dijo Raskin, agregando que tienen “una tremenda responsabilidad sobre nuestros hombros en este momento”.
También fueron designados la representante Diana DeGette de Colorado; el representante David Cicilline de Rhode Island; Joaquín Castro de Texas; Eric Swalwell de California; Ted Lieu de California; Stacey Plaskett de las Islas Vírgene; Joe Neguse de Colorado y Madeleine Dean de Pennsylvania.
“Él debe irse. Es un peligro claro y presente para la nación que todos amamos. No me complace decir esto, me rompe el corazón”, dijo Pelosi durante el debate.
Pelosi ahora debe enviar el artículo al Senado para empezar el juicio ahí. Como la Cámara Alta no está en sesión, a menos que los líderes decidan acelerar el proceso, lo más pronto que podría comenzar sería el próximo jueves, luego de la toma de posesión del demócrata Joe Biden. Pero la estrategia del Partido Demócrata estaba encaminada a esperar hasta abril para pasar el caso al Senado, cuando Biden haya cumplido sus primeros 100 días.
Duda republicana
Aunque el representante Kevin McCarthy de California, líder republicano de la Cámara, culpó a Trump por los ataques de la semana pasada, advirtió que un nuevo juicio político “avivaría aún más las llamas de la división partidista”.
La condena republicana más dura vino de la representante Liz Cheney de Wyoming, quien señaló que “nunca había habido una traición más grande por parte de un Presidente de los Estados Unidos”.
Otros representantes, como la republicana Nancy Mace de Carolina del Sur, mostraron dudas sobre la legitimidad de la medida. “Lo que estamos haciendo hoy, apresurar este juicio político en un debate de una hora o dos horas en esta sala, sin pasar por el Poder Judicial, plantea grandes interrogantes sobre la constitucionalidad de este proceso”.
Por el lado de los demócratas, los legisladores argumentaron que, pese a que al Mandatario le queda poco tiempo en el cargo, “nunca es demasiado tarde para hacer lo correcto”.
“Estados Unidos ha pasado por una guerra civil, guerras mundiales, una Gran Depresión, pandemias, macartismo, y ahora una insurrección trumpista y nacionalista blanca. Y, sin embargo, nuestra democracia perdura. Dura porque en cada coyuntura, cada momento crucial, cuando el mal amenaza con apoderarse del bien, los estadounidenses patriotas dan un paso al frente para decir basta. Este es uno de esos momentos”, dijo el demócrata Adam B. Schiff de California.
En 2019, ni un solo republicano votó a favor del juicio político contra Trump. Sin embargo, los líderes republicanos dijeron que no presionarían a los miembros de su partido para votar en contra esta vez, y varios de ellos ya manifestaron la intención de acusar al Mandatario.
El primero en anunciar públicamente su respaldo el proceso fue el representante John Katko de Nueva York, argumentando que no hacerlo sería “una amenaza directa para el futuro de nuestra democracia”.
La representante Liz Cheney de Wyoming, tercera líder republicana de la Cámara, dijo el martes que votaría a favor de juzgar al Presidente por su papel en una insurrección que causó “muerte y destrucción en el espacio más sagrado de nuestra República”.
Crítico frecuente de Trump, el representante Adam Kinzinger de Illinois también apoyó la medida, señalando que el mandatario republicano “alentó a una multitud enojada a asaltar el Capitolio de los Estados Unidos para detener el conteo de votos electorales”.