La lectura amplía el conocimiento e influye en el carácter, las emociones y la empatía. Ese es un hecho ante el cual Chile tiene dos caras. Por un lado, ha crecido el interés por la lectura, pero el país está al debe en compresión de lo que lee, así al menos lo dice la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

De acuerdo a un informe publicado en diciembre del año pasado por la OCDE, el 44% de los adultos en Chile presenta competencias insuficientes tanto en comprensión de textos como en matemáticas y en resolución dinámica de problemas, el peor resultado de los 31 países que fueron evaluados.

Pero ¿cuánto leen realmente los chilenos? Una encuesta sobre los hábitos lectores realizada por Corpa, empresa dedicada a la investigación de mercado, en enero de 2025 reveló que un 38% de los encuestados afirma que lee todos los días, 51% dice que lo hace entre uno y seis días a la semana y solo 11% declara que “no lee” por gusto. El estudio tomó en consideración a 700 personas en la Región Metropolitana.

“Las personas sí están leyendo por placer. Nos sorprendió que 38% decía que leía todos los días. Eso sí, también es interesante entender cuáles son sus gustos, si hay diferencias por niveles socioeconómicos, por género y edad, porque eso nos va ayudando a entender mejor también a nuestra población”, sostiene Pavel Castillo, gerente de Intelligence en Corpa.

En ese contexto, el estudio refleja la popularidad del formato físico en sus resultados, pues 65% de las mujeres y un 55% de los hombres eligen los libros impresos. Al observar otras variables como las clases socioeconómicas de los encuestados, aquellos que pertenecen a las medias altas (C1C2) prefieren el papel en un 69% y las medias bajas y bajas (C3D), en un 55%. De la misma manera, con más de un 50% de elección, todos los rangos etarios (18-24, 25-34, 35-44. 45-55) lo escogieron como formato preferido.

Según plantea Monona Valdés, académica en la Facultad de Educación de la Universidad Central, la lectura “se vuelve un hábito positivo cuando es placentera”, y para eso destaca la importancia del libro impreso, ya que ofrece un vínculo al tacto, la vista e incluso el olfato o la voz, y que al involucrar todos los sentidos se vuelve una experiencia que nos permite disfrutar tanto la forma como el contenido.

Además de las cifras de la encuesta, hay otros datos que evidencian que las personas están incrementando su consumo de lectura. Por ejemplo, Paula Larraín, subdirectora del Sistema de Bibliotecas Públicas, afirma que “se está leyendo más que hace un tiempo, aunque no sabría decir si más que nunca, pero definitivamente sí ha aumentado”.

Ella conoce esa realidad de cerca, pues el Sistema de Bibliotecas Públicas cuenta con casi 700 servicios bibliotecarios a lo largo del país, cubriendo así el 97,7% de las comunas de Chile. “Nuestros préstamos están en aumento, al igual que la asistencia a las bibliotecas. El hecho de que podamos mantener estas políticas públicas a lo largo del tiempo también refleja este crecimiento, en diversos formatos”, agrega.

Fomento del hábito lector

Hoy en día las personas están más expuestas a la lectura diaria gracias a los smartphones y las nuevas formas de conexión, sin importar su situación económica. Esto abarca la lectura personal, más allá del trabajo, el estudio o las conversaciones en chats.

Pero ¿cómo perciben las personas esta exposición a la lectura en su vida cotidiana?

El estudio, que recoge información en base a perfiles de grupos sociales medios altos (C1C2), medios bajos y bajos (C3D), mostró la relevancia de la lectura, indicando que en la actualidad 85% de la población considera que leer es “muy importante” en su vida diaria.

Con el antecedente de que el hábito lector se desarrolla desde la infancia a medida que se tiene acceso a diferentes textos, experiencias y se estimula la curiosidad, la académica de la Facultad de Educación de la U. Central recalca que el contexto, es decir, la accesibilidad y la exploración de distintos temas y bibliotecas -tanto en el hogar como en otros espacios-, es factor clave para sostener este hábito a lo largo del tiempo.

Atendiendo a ese hecho, Viviana Castillo, coordinadora nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación (Mineduc), explica que el programa de Bibliotecas Escolares CRA -que existe hace 30 años y ha logrado la implementación de más de 11 mil bibliotecas en establecimientos municipales- ha permitido acercar “a las y los estudiantes al goce y encuentro con la lectura”.

Asimismo, desde el Mineduc aseguran que han tomado varias medidas para fomentar la lectura: “Sabemos que el hábito lector es cambiante, por eso hemos diversificado las formas de acceder a la lectura, ampliando la Biblioteca Digital Escolar a 13 mil títulos, incluyendo audiolibros y obras de teatro, para seguir fomentando el gusto por leer en las nuevas generaciones”, contextualiza Viviana Castillo.

¿Quién lee qué?

Según el estudio de Corpa, las mujeres muestran un mayor interés en libros de ficción y los hombres optan por artículos en línea, textos históricos y diarios.

De acuerdo con Pavel Castillo, las temáticas y géneros preferidos por los jóvenes se asocian a “emociones más intensas”. “Es interesante porque lo que más leen los jóvenes es romance, drama, terror, misterio y suspenso, y ahí es donde uno ve las diferencias más grandes con otro grupo de edad y hace sentido. Cuando uno es más joven tiene las emociones más a flor de piel y las está buscando”.

En este sentido, el informe declara que “llama la atención” que los más jóvenes, de 18 a 24 años, prefieren el romance (38%), terror (30%), misterio y suspenso (27%) y el drama (27%), mientras que, en la otra vereda, los mayores de 45 años prefieren la historia (42%) y ciencia y tecnología (35%).