Las múltiples complejidades -incluida la crisis sanitaria- han situado a la educación parvularia en un escenario complejo. Y es que el cierre de jardines y salas cuna y el confinamiento no solo han provocado un retraso en el aprendizaje de la primera infancia, sino que también han acarreado consigo un mal estado socioemocional.

Frente a eso es que el gobierno del Presidente Gabriel Boric ha bautizado a la educación parvularia como un “pilar esencial” dentro del sistema educativo, llegando a desarrollar una Hoja de Ruta para el periodo 2022-2026 que presenta las acciones que se tomarán para su fortalecimiento bajo tres ejes: equidad institucional, calidad integral y expansión de la red pública.

La equidad institucional busca avanzar hacia la construcción de un marco que “ordena y moderniza el funcionamiento del sector”. Frente a eso es que el proyecto presenta medidas para avanzar en la distribución equitativa de los recursos y en la “homologación de las condiciones de los equipos educativos” para mejores oportunidades de aprendizaje.

Asimismo, la calidad integral es presentada como uno de los “grandes desafíos” en materia de infancia en Chile y desde el ministerio se pondrán en marcha acciones que nutran “elementos de calidad estructural como de procesos desde una perspectiva inclusiva” para fortalecer a los equipos en todos sus estamentos.

Por último, la expansión de la red pública busca que niños y niñas accedan a una educación parvularia gratuita y de calidad a través del compromiso de “aumentar la cobertura del nivel, incrementando los cupos tanto en modalidades tradicionales como alternativas, y considerando que este crecimiento sea sostenible y respetuoso del medioambiente”.

La subsecretaria de Educación Parvularia, María Isabel Díaz, sostuvo que a través de esta carta de navegación “se busca mejorar las oportunidades de aprendizaje y también el desarrollo de las condiciones laborales de los profesionales y equipos especializados. Además de la expansión de la red de educación parvularia, puesto que contamos con la firme convicción de que los niños y niñas deben tener acceso a una educación gratuita y de calidad”.

Tales acciones se apoyarán en 11 medidas organizadas por el gobierno, las que se concentran en la equiparación de financiamiento, equidad en las condiciones laborales, salariales y pedagógicas; plan de retorno integral de la educación parvularia, universalizar y fortalecer el nivel transición en las escuelas y colegios, optimizar el plan para la certificación oficial, fortalecer las competencias profesionales, pertinencia del Sistema de Aseguramiento de la Calidad (SAC), fortalecer la gestión curricular, dotar de un sistema de información eficiente, instaurar el programa Más Aulas Verdes e implementar los Servicios Locales de Educación Pública.

Pros y contras

Para Cynthia Adlerstein, académica de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica e investigadora del Centro de Políticas Públicas de Educación (Ceppe), el documento extendido por el gobierno suscita una “buena noticia para el nivel educativo”, puesto que a través de la medida de equiparamiento de las condiciones laborales, salariales y pedagógicas “se recoge un problema histórico que afecta a la fragmentación de la educación en Chile”.

No obstante, la profesional recalca un tema que no se incluyó en esta primera entrega: “Hubiese sido interesante poder enfatizar el trabajo entre el ministerio y las universidades que forman profesionales para la educación parvularia. Ahí hace falta sentarse a renovar los estándares de formación de los asistentes y educadores de párvulos. Sería bueno tomar la evidencia de la academia para contribuir así a políticas públicas. Eso es relevante y no se menciona en esta hoja de ruta”, aseveró.

Asimismo, el director ejecutivo de Acción Educar, Daniel Rodríguez, comenta que este nuevo proyecto combina bien el programa de gobierno del Presidente Boric y que “también tiene buena continuidad con las políticas que se han implementado en la educación parvularia”.

Sin embargo, Rodríguez identifica ciertos desafíos que no se mencionan en el documento, pero que, a su parecer, debiesen ser puntualizados: “Como hoja de ruta es un plan positivo. Pero hay que llevarlo a materias más concretas. Por ejemplo, el tema de la subvención de los jardines infantiles. Es importante equiparar el financiamiento para que todos los establecimientos -sin importar si es público o privado- reciban un monto por igual. El gobierno ha prometido desde su discurso la condonación del CAE que costaría miles de millones, pero aquí el documento no presenta montos ni compromisos financieros que podrían ayudar a materializar esta promesa”, declaró.

Por otro lado, Marcela Marzolo, directora de la Fundación Educacional Oportunidad, esboza que el plan gubernamental recoge las “necesidades, sueños y anhelos de la ciudadanía” en torno a la primera infancia y una es el retorno a la presencialidad a través del “Plan de Retorno Integral”.

Pero la experta recalca que uno de los temas que a ella le llamaron la atención y que no se incluyó fue el fortalecimiento del desarrollo de los profesionales en párvulos: “Se pone como foco el tema de la formación inicial de los técnicos y de las educadoras, pero yo creo que también hay que poner el foco tanto en la formación inicial de ellos como en la continuidad. Esto es clave para tener planes de formación continua, sobre todo en quienes se desempeñan en las aulas”, explicó.

Alejandra Arratia, directora ejecutiva de Educación 2020, valoró la integración de una educación integral en la primera infancia. Sin embargo, la experta sostiene que se “echó de menos” ver políticas en torno a las modalidades alternativas que se pueden desarrollar dentro de las aulas de la educación primaria, las que “permiten desarrollar también el desafío de la equidad y así llegar a más familias, las que muchas veces no les queda bien o no necesariamente les acomoda un sistema de todo el día, todos los días, y que les serviría una alternativa distinta y más flexible. Creemos que eso puede ayudar”.

En tanto, Marcela Pardo, académica e investigadora del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, destacó el trabajo en torno a la educación decente y a la valoración de los profesionales en el ámbito de la educación parvularia. Asimismo, recalcó que “es importante conocer la aplicación de estas políticas y su jerarquización, qué ritmo van a tener, cuál va a ser la prioridad y el detalle de cada una”, asevera.