La Policía de Investigaciones (PDI) informó de la detención de Natalia Guerra, integrante de la denominada "Secta de Colliguay", quienes en 2012 asesinaron a un lactante de pocos días de vida aludiendo al "fin del mundo".
Guerra había sido condenada en 2017 junto a otros seis involucrados. Aunque a los demás se les condenó por homicidio calificado, a ella se le imputó parricidio, debido a que el menor era su hijo.
Desde entonces, la mujer permanecía prófuga de la justicia, hasta las últimas horas, en las que fue hallada en Talagante.
EL CASO QUE IMPACTÓ A CHILE
El 23 de diciembre del año 2012 es un día que quedó grabado a fuego en la historia policial de nuestro país.
Un grupo de personas que formaba parte de una secta, lanzó a una hoguera a un menor de tres días de vida, en un supuesto ritual de sanación. Todo el país quedaba atónito ante el hecho.
"Antares de la luz"- Ramón Castillo (35)- era el líder de la conocida secta de Colliguay, y aseguró a sus seguidores que el pequeño Jesús (como fue llamado por su propia madre en la Clínica Reñaca) se convertiría en el Anticristo.
Los miembros de esta secta acostumbraban a consumir ayahuasca, en reuniones en las que Castillo tenía relaciones sexuales con todas sus seguidoras, a las que decía que él, por ser Dios, no podía procrear.
El Ministerio Público formalizó a la madre del lactante, por el delito de parricidio, y a otros seis miembros de la comunidad -David Pastén, María del Pilar Álvarez, Carolina Vargas, Josefina López, Karla Franchy y Pablo Undurraga- por el delito de homicidio calificado. Distinta fue la suerte de Castillo, quien fue encontrado muerto en una casa abandonada en el Cusco, donde se suicidó.
Sin embargo, Guerra declarada culpable por parricidio consumado, cuya condena, al igual que en el caso de Undurraga, fue ratificada por la Corte de Apelaciones de Valparaíso, donde se declaró inadmisible la queja de su defensa, que buscó que se la tuviera por inimputable en razón de su condición sicológica, se encontraba prófuga.