"Se mantiene históricamente un programa de vigilancia sanitaria de agua potable, tanto a nivel urbano como rural, y hasta ahora no se ha demostrado excedencia en los parámetros del agua potable de la zona, y específicamente, tampoco en el agua para consumo del sector Quintero-Puchuncavi".

Así lo informó ayer el Seremi de Salud de la Región de Valparaíso, Francisco Álvarez, en relación a una información entregada en el Congreso por el regional de esa zona del Colegio Médico en el Congreso, respecto de parámetros eventualmente contaminantes.

El lunes por la tarde, en la instancia parlamentaria, la presidenta del Departamento de Derechos Humanos y Medio Ambiente del Colegio Médico Valparaíso, Dra. Juanita Fernández, apuntó a la necesidad de realizar estudios independientes.

En el comunicado de prensa emitido por el Colegio Médico se llamó la atención sobre las normas medioambientales que se usan en nuestro país. "Son normas anormales. O sea, nosotros tenemos normas que no tiene nada que ver con las normas internacionales, duplican o triplican las de la Organización Mundial de la Salud".

Se ejemplificó diciendo que "la norma que en Chile fija la concentración máxima de arsénico en el agua potable en 0,05 mg/l, mientras que la Organización Mundial de la Salud presenta límites más estrictos, con un máximo de 0,01 mg/l".

De allí se habría extrapolado que el agua consumida en esa zona tendría una concentración de arsénico superior al permitido.

Ayer, sin embargo, la seremi de Salud dijo a La Tercera que "al muestreo rutinario, en octubre del año 2017, resolvimos realizar un muestreo a los APR de Quintero y Puchuncaví solo para determinar presencia de arsénico, cuyos análisis resultaron todos conforme a la norma".

Consultada ayer Juanita Fernández, sostuvo que "nosotros precisamos que hasta el año 2016 la norma se regía con cinco veces el nivel de arsénico que lo señalado por la OMS, y el gobierno estableció un plazo de 10 años para llegar hasta la norma requerida. No sabemos si se llegó a los 0,01 milímetros por litro".

No obstante, La Tercera constató que es a partir de 2007 que la norma chilena establece un límite de 0,01 mg/l de arsénico, homologando sus parámetros exigibles a los de la Organización Mundial de la Salud (OMS).