Fue uno de los anuncios que más se celebraron durante la jornada. “Me quiero detener en el Plan Nacional de Desarrollo Ferroviario, que recoge el anhelo transversal histórico de millones de personas: contar con una amplia red de trenes para Chile”, dijo el Presidente Gabriel Boric en el Congreso y los presentes, de inmediato, aplaudieron a rabiar.
“El plan contempla desplegar servicios de pasajeros urbanos y suburbanos, y avanzar gradualmente en la construcción de servicios interregionales de pasajeros en distancia media y larga. También contempla nueva infraestructura para servicios de carga y eleva el estándar de calidad en sus operaciones actuales”, fue parte de la alocución que entregó el Mandatario.
Además de anunciar el inicio de los trabajos para el tren que unirá Valparaíso con Santiago, Boric también estableció una meta clara para el final de su período: triplicar la cantidad de pasajeros que hoy viajan en ferrocarriles.
Y aunque el Presidente no profundizó sobre cuáles serán todos los proyectos ferroviarios a desarrollar, quien sí lo hizo fue el ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz. “Se nota que el modo ferroviario está muy fuerte en el corazón de las personas”, asegura.
Los proyectos en ejecución
El plan del gobierno busca trabajar sobre la base de lo que ya existe. Así, se intentará desplegar una serie de servicios urbanos y suburbanos con especial foco en las capitales regionales, desde Valparaíso hasta Los Lagos.
Actualmente se están ejecutando 11 proyectos, los que estarán operando en 2026 o comenzarán sus obras en 2024. Además, el programa contempla una decena de proyectos aún en desarrollo, es decir, que iniciarán su operación después de 2026, pero que el gobierno los dejará andando dentro de su mandato.
En la zona central, los proyectos que ya se están ejecutando son el tren Melipilla–Estación Central (operará a fines de 2026, con una inversión de MM US$1.580); el servicio Batuco–Quinta Normal (iniciará obras a principios del próximo año, operará a fines de 2026 y tendrá una inversión de MM US$705); la expansión del tren Nos–Estación Central (llegarán tres trenes nuevos a mediados del próximo año, inversión de MM US$16); la Estación Valencia de Quilpué (iniciará obras en 2024, inversión de MM US$10); la reposición Rancagua–Estación Central (tres trenes nuevos para fines de 2023, inversión de MM US$14); la reposición Ramal Talca–Constitución (obras y tres trenes nuevos para fines de 2023, inversión de MM US$12); la plataforma logística ferroportuaria de Barrancas (inicio de obras para principios de 2023, inversión de MM US$45) y la extensión del Metro Valparaíso-Quillota-La Calera (inicio de obras a fines de 2024, operará en 2028 e inversión de MM US$506).
En la zona sur, en cambio, los proyectos ya en ejecución son el nuevo Puente Ferroviario Biobío (comenzará a operar a fines 2024, inversión de MM US$230); la reposición del tren Chillán–Estación Central (comienzo de obras a finales de este año, inicio de operaciones a fines de 2023 y con una inversión de MM US$115) y el nuevo servicio Temuco-Padre Las Casas (comenzará las obras a inicios del próximo año, operará a fines de 2023 y tendrá una inversión de MM US$2).
En cuanto a los proyectos aún en la etapa previa a la ejecución -que deberían comenzar a operar después de 2026- en la zona central son el nuevo servicio Santiago-Valparaíso (inicio de obras para 2026, de operaciones a fines de 2032 y con una inversión estimada de MM US$3.000); el corredor ferroportuario y centro de intercambio modal Puerto Exterior San Antonio (inicio de obras en 2026, de operación a fines 2032 y con una inversión aún en evaluación); la conexión Estación Central-Quinta Normal (inicio de obras a principios de 2028, de operaciones para fines de 2030 y una inversión de MM US$175) y los servicios regionales Rancagua-Chillán, que consistirá en la compra de trenes para la operación de servicios locales en O’Higgins, Maule y Ñuble (inicio de obras en 2025, de operaciones a fines de 2028 y una inversión de MM US$200).
En la zona sur, en tanto, se contempla el nuevo servicio Santiago-Concepción (inicio de obras a fines de 2026, de operaciones a mediados de 2029 y una inversión de MM U$2.200); el nuevo servicio Puerto Montt-Puerto Varas-Osorno (inicio de obras a principios de 2025, de operación a inicios de 2027 y una inversión de MM USD $60); el nuevo servicio Temuco-Gorbea (inicio de obras a fines de 2025, de operación a inicios de 2027 y una inversión de MM US$135); el nuevo tren Temuco-Valdivia (inicio de obras en 2026, de operación en 2028 y una inversión de MM US$50); la extensión del Biotrén Lota-Coronel (inicio de obras a fines de 2025, de operaciones a fines de 2028 y una inversión de MM US$40), además del aumento en la capacidad de este servicio para 2031 (inversión de MM US$185).
“Cualquier proyecto que llevemos adelante debe pasar por estudios de proyección de demanda, estimación de costo y la debida rentabilidad social. Mientras más gente viva en las ciudades hace que la rentabilidad sea mayor y con los altos niveles de motorización que hoy tenemos vemos varios beneficios sociales asociados a reducir los viajes motorizados, la contaminación y los tacos”, asegura el ministro Muñoz.
Todas estas obras las está ejecutando o desarrollando EFE, a excepción del tren Santiago-Valparaíso, “donde la empresa bajo la figura de un convenio mandata al Ministerio de Obras Públicas su estudio vía Ley de Concesiones”, explica Muñoz.
Sobre la calidad que tendrán estos nuevos trenes, el ministro intenta aterrizar las expectativas. “(Tener trenes como en Europa) es parte del sueño colectivo que muchos chilenos tenemos. Para allá tenemos que ir, pero creo que la mejor forma de avanzar en esa dirección es siendo responsable, para no construir trenes que luego no tendrán demanda. Por el contrario, prefiero ir construyendo de a poquito, pero de forma cuidadosa y con bastantes garantías”, señala.
Es por esta razón, dice el ministro, que el Plan Ferroviario no contempla la zona norte: “En general, los proyectos ferroviarios son más rentables cuando uno cuenta con una demanda suficiente para poder justificar la inversión, y si voy hacia el norte, a La Serena, ya la demanda de viajes no justifica el tamaño de la inversión”.
Y aunque no serán trenes bala, se espera que todas estas nuevas máquinas transiten en una velocidad superior a los 100 kilómetros por hora. “Estamos avanzando en un tren que tenga una buena velocidad, que no supere los 150 kilómetros por hora, pero no en un tren bala”, remata el ministro Muñoz.