A varias semanas desde que llegaran los primeros venezolanos a dormir a las afueras de la embajada de su país en Chile, ayer se habilitó un albergue temporal destinado a guaguas, niños y personas de la tercera edad.
Así lo comunicó el Servicio Jesuita Migrante que estuvo atrás de las gestiones para la construcción del recinto que está ubicado a algunas cuadras de la sede diplomática de Venezuela donde se mantienen “acampando” más de 600 personas.
En el lugar se pusieron a disposición cerca de 70 camas con sacos de dormir y otros cobertores, para evitar que los grupos de riesgo sufran los estragos de las bajas temperaturas que están pronosticadas para la Región Metropolitana. Según información de la Dirección Meteorológica de Chile, para mañana se esperan mínimas de -1ºC en algunos sectores de la capital.
Además, el recinto cuenta con calefacción, duchas y baños sanitarios.
El director del SJM, José Tomás Vicuña, sj, manifestó a La Tercera que “este tiempo nos hemos tapado la boca y la nariz, pero afortunadamente no los ojos y las orejas. Es tiempo de ver y escuchar. Hay que cuidarse del virus, pero también de la indiferencia”.
“Lo más fácil es buscar culpables, pero lo importante hoy es ver y escuchar a quienes sufren, estar a su lado y ofrecer ayudas concretas. Este albergue justamente surge como alternativa luego de ver y escuchar a quienes están sufriendo”, agregó.
Los cientos de migrantes que están en las afueras de la embajada en calle Bustos (Providencia) se encuentran a la espera de una respuesta del gobierno de su país, sobre la posibilidad de contar con un vuelo humanitario de retorno, después de que gran parte de ellos perdiera su trabajo producto de la pandemia.