Fabiola Díaz llevaba dos meses como administradora del edificio Euromarina II de Reñaca cuando, alrededor de las 21.30 del sábado 8 de junio, la llamaron para avisarle de una filtración en el tercer subterráneo en una de las cinco torres del complejo en el sector de Cochoa. Los problemas no terminarían ahí. Después, en esa ubicación, debajo de una piscina temperada, se produciría un socavón que, según el director regional del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), Christian Cardemil, presenta dimensiones de “entre 15 metros de longitud por unos 30 metros de profundidad”.
Frente a esa emergencia, luego de varios intentos, Díaz dio con la Municipalidad de Viña del Mar y le enviaron a un equipo a inspeccionar la situación.
“Revisaron la zona y dieron orden de evacuación, por precaución, de la Torre Central, que es la del medio, y la Torre 4, que era la más afectada, porque ahí estaban las cámaras de las dunas, que estaban malas. Eso quiero recalcarlo: estaban malas desde hace ya un año y medio”, explica la administradora.
Cerca de las 2.00, cuenta Díaz, la instrucción de carabineros fue evacuar preventivamente a los vecinos. El mayor Mario Rojas explicó que se hizo para evitar “cualquier desgracia personal a raíz de esta situación que ocurrió acá”. La orden fue llevada a cabo, avisando puerta a puerta, por bomberos. No fue un proceso corto pues, en ese momento, alrededor de 110 departamentos estaban siendo ocupados. En esa primera instancia, unos 60 vecinos accedieron a abandonar sus residencias.
El resto lo hizo durante la jornada de ayer. El motivo era que, después de que se cortara el suministro de agua y la luz –que solo volvió en horas de la tarde al inmueble– permanecer en el edificio se hacía imposible.
“Por precaución mandamos un informativo a la comunidad diciendo que no tenemos claro cuándo va a volver el agua. El problema es que no podemos darle el agua a la comunidad, porque las descargas van directo hacia el edificio Eurovista, que está abajo”.
Lidier Hernández, administra ese edificio de 21 pisos, tres subterráneos y 150 departamentos, en primera línea de playa.
“Las consecuencias de este socavón están todas en el Eurovista. Todo el barro cayó por la pendiente hacia nosotros”, cuenta.
Hernández, de hecho, estaba en su casa, revisando las cámaras de seguridad del edificio, cuando una propietaria de un departamento del segundo piso le avisó que el muro de contención que habían levantado para mitigar los efectos de las lluvias que estaban anunciadas, estaba a punto de colapsar.
“Llamé al conserje y le dije que se preocupara de evacuar al estacionamiento de visitas la mayor cantidad de vehículos que estaban en los estacionamientos subterráneos, que serían los primeros afectados si se venía un aluvión encima”, asegura Hernández.
Eso pasó poco después de las 21.00. El muro y el portón sucumbieron frente al barro y, luego, todo ese material empezó a entrar hacia los estacionamientos en los niveles inferiores.
“Por suerte –agrega Hernández– alcanzamos a sacar la mayoría de los vehículos. Solamente quedaron tres atrapados en el estacionamiento -2, que eran personas que no estaban o que llegaron muy tarde a sacarlos”.
Falta de mantención
Lo sucedido la noche del sábado no era algo nuevo para Lidier Hernández. En el sector habían tenido problemas con una filtración en el colector de aguas lluvias en 2015, 2017 y también en 2021. Esa vez, cuenta, también sufrieron un aluvión de barro. Esa vez necesitaron de 43 camiones para sacar todo el lodo. La de ahora, cree Hernández, va a requerir al menos del doble. Un trabajo que, estima, podría demorar entre dos y tres meses.
Todo esto se podría haber prevenido, asegura el administrador del Eurovista, si el Serviu hubiese hecho las mantenciones que se requerian: “hace unas semanas hablamos con ellos para pedirlas que la hicieran, pero no la hicieron. De hecho, recibimos una carta hace unos días, en donde ellos nos decían que recién nos iban a dar alguna respuesta el 18 de junio”.
Algo parecido cuenta Fabiola Díaz.
“Ese colector no estaba dando abasto y fue el que provocó el daño porque de tanta agua que cayó anoche, reventó. Esa agua pasó por debajo de nuestra piscina temperada y pasó a llevar las cañerías. De hecho, drenó la piscina temperada de tanta la presión que caía”.
Por lo mismo, lamenta Díaz, esto se podría haber prevenido.
“Están haciendo las cosas cuando el daño ya está hecho. Porque esto estaba avisado hace más de un año y medio”.
Por lo mismo, además de comenzar a coordinar la limpieza del lodo y recuperación de los subterráneos dañados, Lidier Hernández tiene otro temor:
“El miércoles está anunciada otra lluvia. Nos preocupa que esto se ponga peor”.