Fue el pasado 21 de septiembre cuando desde el Vaticano informaron que el Papa Francisco aceptaba las renuncias del exobispo de San Felipe, Cristián Contreras Molina, y su par de Chillán, Carlos Pellegrín. En su reemplazo designó a los administradores apostólicos Jaime Ortiz de Lazcano, vicario del Tribunal Eclesiástico de Santiago, y Sergio Pérez de Arce, sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones.
A partir de ese momento la crisis de la iglesia Católica en Chile, producto de los abusos sexuales cometidos por el clero, pareció entrar en "stand by", con casi dos meses y medio sin cambios.
Sin embargo, este diciembre asoma como un mes clave en la institución católica. Fuentes de la Iglesia aseguraron a La Tercera que el nombramiento del sucesor de Ricardo Ezzati en el Arzobispado de Santiago estaría a punto de concretarse.
Ayer, además, a través de su cuenta de Twitter, el biógrafo del Papa Francisco, Austen Ivereigh, señaló: "He escuchado de muy buenas fuentes en Chile que el anuncio de un nuevo arzobispo de Santiago es inminente, sin duda antes de Navidad, y que podría ser un extranjero. Este es el hombre que liderará la Iglesia de Chile después de la crisis".
Alejandro Álvarez, abogado y vocero de Fundación Voces Católicas, señaló que "sé que es inminente, pero no sé quién podría ser. Me parece relevante que a quien elija sea alguien que conozca Santiago y la realidad eclesial chilena, porque es una realidad compleja y con grandes desafíos". Sobre la posibilidad de que sea extranjero, no le sorprende: "El hecho de que sea foráneo no me hace ruido. Puede ser un extranjero que lleve muchos años en Chile".
Aunque durante algún tiempo se rumoreó sobre la venida de Jordi Bertomeu, esta fórmula de un foráneo no es tan lejana. Viene a la memoria, por ejemplo, el caso del obispo uruguayo Carlos María Collazzi, actual prelado de Mercedes y quien en 2012 "examinó" la Unión Sacerdotal de Karadima, a sugerencia de la propia Congregación para la Doctrina de la Fe, del Vaticano.
Según Guillermo Rosas, sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones, la opción de que el nuevo líder de la Iglesia de Santiago sea de otro país "es una alternativa que varias veces se ha comentado en círculos de sacerdotes y laicos. No es algo que me sorprenda (...) en principio a mí no me gusta tanto. Me parece que lo lógico y lo normal es que un obispo sea de tu país, idealmente del clero de una diócesis". Pero argumenta que de todas formas podría ser una señal positiva: "Dado que la crisis de la Iglesia es tan profunda, si está bien interiorizado de la realidad chilena podría tener una visión objetiva, sin presiones".
Como contraparte, Roberto Sánchez, vocero de los Laicos de Santiago, cree que el reemplazante de Ezzati será un administrador apostólico. "Y eso significaría que la Iglesia de Santiago y la Iglesia chilena estaría intervenida por los cuatro costados". Añadió que esta persona vendría a "integrar" la Conferencia Episcopal (Cech), es decir, "cuando les hable, les va a estar hablando el Papa", y "va a tener que alinear a los obispos chilenos: muchos de ellos están sumamente cuestionados y siguen en la lógica de hacerles más caso a los abogados que al Papa".
El jesuita Tony Mifsud, director de la revista Mensaje, señaló que "todo indica que el Papa va a nombrar administradores apostólicos por un período de dos a tres años". Y no le extrañaría que fuese un extranjero.
La sucesión de Ezzati no es la única definición de la Iglesia chilena en diciembre. En este período también se podría definir la asistencia del obispo castrense y presidente de la Cech, Santiago Silva, al encuentro episcopal convocado por Francisco para febrero. Y, además, se podrían conocer detalles de la investigación eclesial contra el sacerdote Diego Ossa, antes cercano a Karadima.