De todas las fuentes de contaminación a las que está expuesta la población, una de las menos tolerables para los chilenos corresponde a las que originan ruidos molestos, según confirma el último reporte de la Superintendencia de Medio Ambiente.
De acuerdo al balance de la entidad reguladora, entre 2013 y 2018 se registraron 4.410 presentaciones de este tipo ante el organismo, parte de los cuales dio origen a investigaciones y posteriores sanciones.
El reporte de la entidad muestra que se produjo un crecimiento de las quejas de la comunidad por estos hechos. En 2013 fueron 594 reclamos oficiales a nivel nacional, mientras que el año pasado se alcanzaban los 906.
Del total de denuncias, la superintendencia decidió abrir 215 procesos sancionatorios a diversas fuentes de emisión entre 2013 y 2018. La infracción se constata cuando se superan los límites máximos establecidos en la norma de emisión de ruidos, fijados en el Decreto Supremo 38 de 2011. Esta norma establece que, por ejemplo, en las zonas residenciales no se puede registrar más de 55 decibeles durante el día, lo que equivale al sonido de una conversación normal. Durante la noche el tope es de 45 decibeles, equiparables al ruido de una calle muy poco transitada.
El ente fiscalizador identificó, además, los principales tipos de instituciones que dan origen a los reclamos. Así, 30% de las denuncias se realizó contra locales nocturnos como pubs, discotecas o bares. Otro 11% corresponde a establecimientos como restaurantes, y la misma proporción apunta a casos de contaminación acústica proveniente de instalaciones deportivas, como gimnasios o estadios. También figuran en la lista de fuentes más denunciadas las iglesias y centros de cultos religiosos, con 4% del total de presentaciones.
Como cada año, la mayor parte de las quejas se da en la Región Metropolitana, que acumula 1.782 denuncias en el periodo.
La superintendencia informó que el año pasado se cursó la multa más alta por este tipo de contaminación. Así, se sancionó con 190 Unidades Tributarias Anuales (UTA) a un centro de eventos en Alto Hospicio, que generaba fuertes molestias entre los habitantes de un condominio aledaño.
Campaña
El Ministerio de Medio Ambiente inició una campaña el año pasado con el objetivo de que la población esté consciente de la necesidad de prevenir este tipo de contaminación.
"La exposición a altos niveles de ruido puede provocar estrés, cambios de ánimo, insomnio e incluso puede desencadenar enfermedades cardiovasculares", advierte Igor Valdebenito, jefe del departamento de Ruidos y Normas de la cartera. Agrega que se implementó una red de sensores de monitoreo de siete puntos ubicados en Santiago Centro, los que publica los datos en línea.
Este viernes 12 de abril, el equipo ubicado en Plaza de Armas registraba 75 decibeles a las 19 horas, lo que es considerado por la cartera como "muy alto". En tanto, en el punto de medición Alameda, ubicado frente a la Casa Central de la U. de Chile, se alcanzaban 74 decibeles a la misma hora.
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