En lo formal, la tabla del pleno de la Corte Suprema del día de ayer contemplaba abordar solo dos casos. Ambos se trataban de apelaciones presentadas por abogados que habían sido sancionados con diferentes medidas disciplinarias.

Sin embargo, los 14 miembros del máximo tribunal que participaron de la instancia decidieron dedicar unos minutos al tema por el cual la Corte Suprema acaparó las primeras planas la semana pasada: la resolución de la Tercera Sala, en que se aseguró que las actuaciones del Tribunal Constitucional (TC) podían ser revisadas por el Poder Judicial, a través de los recursos de protección.

La resolución trajo una serie de consecuencias, como que el TC realizara una inédita declaración en que acusó a la Suprema de pretender rediseñar el ordenamiento constitucional y que, por otro lado, tres ministros de la Tercera Sala, Sergio Muñoz (presidente), Ángela Vivanco y Carlos Aránguiz, emitieran un comunicado de respuesta, en que junto con reafirmar su postura tomaran distancia del presidente de la judicatura, Haroldo Brito, al indicar que los fallos de una de las salas representan a toda la Suprema.

El viernes pasado, el asunto ya había sido tocado en un pleno extraordinario, aunque las interrogantes apuntaron aquel día a Vivanco por la declaración pública emitida por los tres jueces. No se había profundizado más. Ni Aránguiz ni Muñoz habían asistido.

Este lunes, el escenario era distinto. Principalmente, porque el presidente de la Tercera Sala estuvo presente, lo que hacía el ambiente propicio para abordar el tema con profundidad.

Fuentes judiciales indicaron que al interior de la máxima magistratura la intención es retomar el camino trazado por Brito el miércoles pasado y terminar con el ida y vuelta mediático. Más aún, dado que el análisis del fin de semana fue positivo, pues valoraron que la controversia no escalara.

Por lo tanto, en el pleno se debía continuar con este camino y alinear a los jueces a que esto permaneciera así, al menos hasta que un nuevo fallo reviva la discusión. Esto fue aceptado por los propios ministros de la Tercera Sala, quienes asumieron haber sentido la atención mediática durante los últimos días.

El interés es continuar con este camino, dado que algunos supremos no proyectan con buena cara una eventual reforma constitucional promovida por el gobierno, al pensar que esto podría derivar en más atribuciones para el TC en desmedro de la corte.

En este sentido, la intención de Brito es aprovechar su buena relación con la presidenta del TC, María Luis Brahm, y llegar a acuerdo a través del diálogo, sin intervención de los otros poderes del Estado.

A la salida del pleno, la ministra Ángela Vivanco abordó el tema y realizó el primer llamado de unidad desde que se iniciara la controversia, el martes pasado.

"Se habló -sobre la disputa con el TC- y hubo muy buena disposición por parte del pleno. No vi ningún bando. Hay un buen espíritu. Buena relación y todos de acuerdo con cualquier tema que haya valido la pena conversar", dijo Vivanco.

Otro ministro presente coincidió con Vivanco, al destacar que pese a las diferentes interpretaciones que puede haber sobre el tema, no hay bandos ni un quiebre en la Corte Suprema.