La encargada nacional de reducción de riesgos de desastres y reconstrucción del Ministerio de Vivienda, Bernardita Paúl, se trasladó a Talcahuano con motivo de conocer las medidas que tomó la ciudad para transformarse en una capital de resiliencia reconocida a nivel mundial por informes de la ONU.
Las conclusiones que se aprendieron y que se pretenden replicar en Chile, como indicó, es que la comuna dentro de su gestión del riesgo consideró como variable de la ecuación las capacidades de la población.
Explicó que en Talcahuano, se preocuparon de enseñarle a la comunidad medidas de prevención del riesgo que van desde mostrar sus experiencias, hasta desarrollar talleres para niños que aporten a aumentar la educación preventiva.
Por ello es que Paúl ha iniciado una gira en todo el país para el levantamiento de la información y reuniéndose con autoridades regionales para generar mesas de trabajo.
"Ahora no basta sólo con reconstruir, sino que es necesario estar preparados para otro posible desastre que pueda ocurrir en cualquier momento. Por ello es que el Ministro Monckeberg nos encargó tomar como ejemplo el gran trabajo que se ha hecho en Talcahuano , para que así más zonas del borde costero estén preparadas", destacó.
Plazas Resilientes
La forma visual y urbanística de resiliencia de Talcahuano se evidencia mediante la intervención del espacio público, por lo que en su visita, la Encargada Nacional de Reconstrucción recorrió la plaza Bombero Sandoval del Barrio Las Higueras.
Esta plaza incorporó un diseño abierto, despejado y plano para que las personas se reúnan en el momento de la evacuación. También posee señalética educativa, puntos de luz – o de encuentro que hacen de este espacio un lugar de paso seguro antes de la evacuación a la zona de elevación geográfica más cercana, que corresponde a la loma sur.
"De esta forma y, a modo de conclusión final, se recomienda estudiar si todas estas medidas de resiliencia urbana aplicadas por la Ilustre Municipalidad de Talcahuano se pueden aplicar en otras comunas de Chile, a fin de replicar las buenas prácticas de gestión del riesgo y lograr en conjunto la resiliencia nacional" agregó Paúl.
En la segunda etapa, se contempla poder contar con iluminación autónoma, estanques de agua subterráneos y generadores que conviertan a estos puntos en verdaderos centros de apoyo tanto para las personas que viven en el territorio como así también quienes se ven obligados a circular por el sector producto de ser parte de la ruta de evacuación en caso de tsunamis de la población costera.