Te Deum, Consejo de Estado y "Caupolicanazo": Los hitos que enfrentaron a Frei Montalva con Pinochet

Seis días después del Golpe de Estado, el exmandatario mostró su descontento con la manera de actuar de la Junta Militar recién instalada en el poder cuando se negó a saludar a sus integrantes en una ceremonia religiosa. Una posición que se intensificó con el paso de los años y que tuvo su punto cúlmine cuando ofició como principal orador del evento que calificó como un "fraude" el Plebiscito de 1980.


"Yo siempre he dicho que ese acto inolvidable en el Caupolicán, sentenció definitivamente a mi padre". La frase es de la vicepresidenta de la Democracia Cristiana, Carmen Frei, y está contenida en el libro "Magnicidio, la historia del crimen de mi padre", escrito por la hija del fallecido mandatario Eduardo Frei Montalva, en el que relata su camino para esclarecer la verdad sobre la muerte del expresidente.

Al episodio que se refiere la ex senadora corresponde al único acto público oficial en que la oposición pudo reunirse para manifestar su rechazo al plebiscito que la Junta Militar convocó en 1980, cuyo objetivo fue aprobar la nueva Constitución y con ello a la figura de Augusto Pinochet en el poder por ocho años más.

Dicho evento ocurrió el 27 de agosto de ese año en el Teatro Caupolicán y tuvo como principal orador al Presidente Eduardo Frei Montalva, quien emitió uno de sus más recordados discursos ante cinco mil personas -entre los que se encontraban militantes de todas las colectividades de izquierda- que también llegó a los hogares de miles de chilenos a través de la radio.

Tras bambalinas, el histórico militante DC Genaro Arriagada, quien había sido designado por el propio Frei como jefe operativo del evento que sufrió una serie de censuras por parte del régimen, escuchaba emocionado las palabras del exmandatario. Así lo recuerda casi 40 años después: "Fue un acto impecable, de un nivel intelectual notable. Don Eduardo no tenía miedo (...)", relata a La Tercera, coincidiendo con las palabras de Carmen Frei, sobre la importancia política del acto en el Caupolicán y cómo la participación que tuvo el expresidente terminó, a su juicio, por sellar su destino.

Sobre esto, Arriagada reflexiona: "Este fue el episodio final de un proceso de desencuentros que comenzó en 1973, cuando Frei asistió al Te Deum convocado por el cardenal Raúl Silva Henríquez en la Iglesia de la Gratitud Nacional".

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La imagen de Pinochet posando con lentes oscuros y brazos cruzados al interior de la Iglesia de la Gratitud Nacional, tomada por el fotógrafo Chas Gerretsen apenas seis días después del Golpe de Estado, dio la vuelta al mundo. Corría septiembre de 1973 y existía gran expectación por la participación de los miembros de la Junta Militar en el Te Deum, que ese año devino en una "oración por Chile", luego de que el cardenal Silva Henríquez se negara a realizar la tradicional ceremonia.

Solo tres expresidentes acudieron al evento religioso: Gabriel González Videla, Jorge Alessandri y Eduardo Frei Montalva. Mientras los dos primeros mostraron su apoyo al actuar de las Fuerzas Armadas, el líder DC se limitó a decir que asistía para "orar por la paz y la estabilidad del país".

Así lo recuerda Carmen Frei en el libro "Magnicidio": "Mi padre estaba sumamente complicado de asistir, pero cedió a la presión de don Raúl (Silva Henríquez). Al final de la oración Jorge Alessandri le dijo: 'Vamos a saludar a los comandantes en Jefe. Mi padre le contestó: 'No nos corresponde ir a nosotros, somos expresidentes. Ellos tienen que venir a saludarnos'", relata .

La negativa de Frei fue calificada como una "afrenta al régimen", lo quedó registrado en un informe elaborado por la Embajada de EE.UU. en Chile con fecha 19 de septiembre de 1973.

"Don Eduardo se negó a darle la mano a los miembros de la Junta quedando así sellada su enemistad con ellos", explica Arriagada a La Tercera recordando ese momento que ocurrió hace más de 45 años.

Tres años después, en enero de 1976, el régimen creó el "Consejo de Estado", una "instancia asesora superior del Presidente de la República". Jorge Alessandri y Gabriel González Videla aceptaron ser parte de este organismo compuesto además por otras figuras como el contralor de la República o el presidente de la Corte Suprema, aunque nuevamente Eduardo Frei Montalva se negó a participar.

"Jamás hubo una reunión de él con la Junta Militar", enfatiza Arriagada. Para la hija del exmandatario, en tanto, estas decisiones de su padre terminaron por convertirlo en un enemigo del régimen. "Para Pinochet, la oposición de mi padre se había transformado en un asunto personal", consigna en su libro.

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"Este plebiscito carece de validez y lo rechazamos porque no reúne las condiciones mínimas que garanticen su legitimidad. No es válido porque no se puede llamar a un plebiscito cuando el país vive bajo estado de emergencia. No es válido porque requeriría un sistema electoral que asegure la auténtica expresión del pueblo que se confronta. No es válido porque no existen registros electorales y han transcurrido prácticamente siete años desde su destrucción lo que revela la voluntad deliberada de no rehacerlos. No es válido porque las mesas que recibirán los sufragios y harán su recuento están formadas por personas designadas por los alcaldes, que a su vez, son nombrados por jefes de Estados", expresó Frei Montalva en su alocución ante cinco mil personas en el Teatro Caupolicán donde manifestó su firme rechazo al proceso iniciado por el régimen.

Durante la semanas previas al 27 de agosto de 1980, cuando se realizó este acto conocida también como la "Reunión de los chilenos libres", el expresidente lideró el trabajo de preparación del evento que se desarrolló en sus oficina ubicada en el edificio Carlos V del centro de la capital y hasta donde llegaron militantes de distintos partidos de izquierda que se encontraban de manera clandestina en el país.

"Todo lo que hizo ese mes, lo transformó frente al régimen en el político que cuestionó de frente y sin ambigüedad el derecho de la dictadura a plantear un proyecto aberrante en la forma y en el fondo", asegura Carmen Frei en su libro, y agrega: "Mi padre se transformó en el líder que negó toda legitimidad a la dictadura para llevar adelante su ideario".

Durante su intervención, que se extendió por cerca de 45 minutos, el público estalló en aplausos. En un momento los asistentes comenzaron a gritar: "¡Frei!, ¡Frei!, ¡Frei", a lo que el político contestó: "La esperanza de Chile es el pueblo de Chile. Representamos hoy en este acto la continuidad histórica de Chile y la voluntad de una inmensa mayoría de chilenas y chilenos".

Casi cuarenta años después de este histórico evento, Arriagada reflexiona: "El discurso del Caupolicán no hizo sino agravar el odio que le tenía parte de la Junta Militar".

Dos años después, el 22 de enero de 1982, y en medio de una intensa agenda internacional, Frei Montalva falleció en la Clínica Santa María tras una cirugía al hiato. Y hoy los 19 años de investigación del juez Alejandro Madrid culminaron en la primera sentencia por magnicidio en Chile.

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