La decisión de los miembros de la Conferencia Episcopal de Chile de poner sus cargos a disposición del Papa Francisco sigue generando debate.
El anuncio de los prelados se da luego de que durante tres días mantuvieran una serie de reuniones con el Pontífice para dialogar respecto al informe realizado por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, en conjunto al sacerdote español, Jordi Bertomeu.
A ello se suma también el informe de 10 páginas, dado a conocer ayer por Canal 13, que el Sumo Pontífice les entregó a los obispos en el primer encuentro que sostuvieron en Roma y donde realizó una dura crítica a la Iglesia chilena, confirmando cambios en su interior y remoción de prelados.
Para dos canonistas chilenos el "gesto" de los miembros de la Conferencia Episcopal es reconocido como una "señal" y algo "inédito" en la historia eclesiástica del país.
"Creo que es un gesto que manifiesta disponibilidad, colaboración, transparencia. En ese sentido es muy positivo", sostuvo el canonista y sacerdote Francisco Walker.
Sobre las repercusiones que el trato de Francisco ha tenido en el caso chileno, dice que "creo que tendría que sentar un precedente para toda la Iglesia, para abordar en profundad y en la raíces estas situaciones tan dolorosas".
Agregó que "es inédito, no recuerdo una situación similar. En Irlanda no tengo entendido que haya sucedido. El Papa sí le pidió la renuncia a cuatro obispos en Irlanda, si no me equivoco, pero que haya habido una disponibilidad de todo el Episcopado no me acuerdo".
Una opinión similar es la que expuso Ana María Celis, experta en derecho canónico: "Un inicio. Fundamentalmente un gesto pastoral más allá de lo jurídico. Pues, los encargos que cada uno tiene es estable y con esto manifiestan su disponibilidad al cambio".
Agrega que "también creo que puede considerarse un reconocimiento a la seriedad de la situación que ha afectado a tantas víctimas y sus familias y comunidades. A la vez, me atrevo a decir que es una señal de que todos tenemos que ponernos en camino...Por lo que todos, laicos y religiosos, podríamos ponernos también la pregunta sobre la conversión".
Walker consultado sobre la posibilidad de que el Papa dé un golpe de timón y acepté la renuncia de todos los prelados, sostuvo que no cree que esto suceda. "Me imagino que el Papa irá a discernir en las responsabilidades personales, y en la conveniencia también de aceptar la renuncia a unos o a otros. No creo, jamás, va a hacer una renuncia a todos, porque las responsabilidades son distintas, en uno u otro caso".
Sobre las medidas que se deberían adoptar para corregir los errores de la Iglesia chilena y superar la crisis que vive, Celis señala que "sabemos que el primer paso para enfrentar los abusos es romper el silencio. En ese sentido, este es un paso importante para preguntarnos por las relaciones en la Iglesia. Desde luego cómo se ejerce la autoridad, pero también si asumo mi rol de tercero que está disponible para evitar que ocurran abusos de poder, de conciencia y sexuales".
Walker, en tanto, complementa con que la solución a los problemas "pasa por una, y a eso apunta la carta del Papa, conversión personal y pastoral de todas las instancias de la Iglesia; pasa también por una mayor rigurosidad en la selección y formación sacerdotal y pasa por la aplicación de los mecanismos que el mismo derecho canónico establece para estos casos; por la aplicación de los protocolos que también se han establecido, los mecanismos de derecho canónico también existen. Pero quizás se ha fallado en la aplicación de esos mecanismos y protocolos. La renovación pasa también por aplicar con fidelidad y prontitud esos mecanismos y protocolos", concluye.