Ayer se cumplían 55 días de la desaparición del astrónomo inglés Thomas Marsh. Su familia (esposa y dos hijos) estaba en Chile desde fines de octubre, interiorizándose de la búsqueda que encabezaba el fiscal regional de Coquimbo, Adrián Vega. Y anoche, supuestamente, dejarían la zona para trasladarse a Santiago y emprender el regreso a Inglaterra. Pero el hallazgo del cuerpo del científico trastocó todos los planes.
Miembros del Gope de Carabineros encontraron sin vida al hombre de 61 años, a las 11.55 horas, en un lugar ubicado a 1,5 kilómetros del observatorio La Silla y a 1.780 metros sobre el nivel del mar, según dice uno de los comunicados de la policía.
“Su cuerpo estaba tendido (de costado), con su torso desnudo”, añadió la institución policial. “Se realizaron las tareas de rescate y recuperación del cuerpo para ser entregado al fiscal regional”, señaló el general Juan Muñoz, jefe de la IV Zona.
El fiscal Vega instruyó una fijación fotográfica y luego el levantamiento del cuerpo.
En la Universidad de Warwick, donde Marsh trabajaba junto a estudiantes de posgrado de Astronomía y Astrofísica desde 2003, mostraron su pesar, pero desde el Departamento de Comunicaciones señalaron que no se referirán al tema “mientras no haya una versión oficial de que el cuerpo encontrado por la policía corresponde al profesor Thomas Marsh”.
Anoche, el fiscal Vega señaló que “siempre trabajamos con el predicamento que había que hacer doble y triple check en el terreno. Lamentablemente, el equipo Gope, que trabajaba con nuevos integrantes que habían llegado, dio con el señor Marsh. Así podemos darle tranquilidad a la familia”.
El persecutor agregó que “fue encontrado en una zona muy escarpada, en la cual hay que pasar por sectores muy rocosos y cualquiera puede torcerse un tobillo o caer... Esa es una de las hipótesis que se confirmará con los exámenes del Servicio Médico Legal”.
Respecto de la posibilidad de intervención de terceros, Vega sostuvo que “la probabilidad es muy baja, pero los exámenes tanatológicos y el análisis de los restos del señor Marsh deberán conducirnos de forma definitiva al resultado. Las probabilidades más altas son las de un accidente en la caminata que hizo el señor Marsh”.
Fue la madrugada del pasado 17 de septiembre cuando se reportó desaparecido a Marsh. Se encontraba en un viaje de investigación en el Observatorio La Silla, de ESO en Chile, y de acuerdo a la misma institución -donde se hospedaba- fue visto por última vez el día anterior por un estudiante que lo acompañaba en su periplo científico.
El joven de 23 años fue el que dio el aviso de la desaparición de Marsh a las autoridades en la madrugada del sábado. Ambos debían encontrarse a tomar desayuno y luego trasladarse hasta el observatorio. Ahí debían calibrar los instrumentos para las sesiones de trabajo que tendrían durante las cuatro noches que se venían.
Una búsqueda implacable
“La búsqueda continúa hasta que se agoten todas las posibilidades. Estos no son tiempos definidos y se analizará una vez que se agoten todos los medios, y eso no ha sucedido. Entonces no se puede dar un plazo o una proyección del tiempo que estaremos en la búsqueda del ciudadano británico”, decía el fiscal Vega cuando se cumplió un mes de la desaparición.
“Que se encuentre con vida no es una tesis, es un hecho si es que yo no tengo evidencia de que él esté fallecido”, añadía cada vez que se le consultaba sobre la posibilidad de encontrar al astrofísico vivo.
A fines de octubre, el fiscal había decretado la extensión de las labores de búsqueda hasta el 15 de noviembre. Por esos días, fueron encontradas ropas y el que sería su celular en los alrededores del observatorio.
Su familia solo había hablado -por redes sociales- cuando se conoció su desaparición. Su hija Tabitha publicaba una foto de Marsh y escribía en su post: “Él es mi padre. Ha estado desaparecido en Chile desde el 16 de septiembre -ya casi una semana-. Por favor, compartan esto, estamos desesperados por encontrarlo”.
Si bien siempre estuvieron en permanente comunicación con el fiscal regional, a fines de octubre viajaron a Chile. “Creemos de verdad que Tom está en un lugar y que lo encontrarán”, señalaba la esposa unos días antes del viaje en un video que subieron a redes sociales y que en Chile compartió el persecutor Vega.
La búsqueda continuó. Bomberos, Carabineros, PDI, Ejército y grupos civiles se turnaron para cubrir las casi 3.000 hectáreas de terreno que fijó la fiscalía para sacar adelante la tarea. Y la principal tesis que siempre se manejó fue que Marsh, antes de ir al observatorio, madrugó para realizar una jornada de trekking.
El terreno donde se trabajó era bastante complejo geográficamente. “No existen muchas posibilidades de encontrar agua o superficies planas... Todos estos son cordones montañosos que hacen complejo el desplazamiento”, decía la policía.
“La superficie del terreno es muy dura, con mucha piedra... Es la zona que nosotros denominamos de acarreo y eso hace bastante complejo el ascenso o descenso de estos cordones montañosos. Las vertientes son rocas muy grandes también y hay bastantes cascadas secas que obligan a nuestro equipo a hacer trabajo de cuerda para poder revisar o incluso para poder desplazarnos sin problemas, por medidas de seguridad, por altura”, añadía.
Durante los últimos días, las labores de búsqueda se centraron en ciertos cuadrantes de interés que eran posibles rutas, contaba el fiscal Vega, “atendidas las múltiples posibilidades que tiene un caminante en el lugar y atendida la expertise en fronteras y en montaña del equipo de Frontera Norte (Efron)”, que se sumó a las tareas.
“Más que concentrar la búsqueda en cosas o lugares específicos, se está realizando en una zona de interés. Esta zona se demarcó a raíz de las distintas evidencias que se han ido encontrando y hemos proyectado una zona de búsqueda, una posible zona de desplazamiento del profesor y de esta manera acotamos el territorio”, decía el subcomisario Valentín Candia, quien estaba a cargo del grupo Efron de la Policía de Investigaciones.
Pero la búsqueda terminó. Las pericias del cuerpo quedaron a cargo de la PDI y el fiscal Adrián Vega seguirá indagando para tratar de aclarar las circunstancias en que murió el astrónomo inglés.