Este lunes 5 de agosto, el Centro de Estudios Públicos (CEP) lanzará el libro Inmigración en Chile: una mirada multidimensional; un trabajo que aborda aspectos regulatorios, sociológicos, educacionales, de salud y vivienda -entre otros- sobre el fenómeno migratorio.
Entre las áreas y conclusiones del informe que La Tercera irá desglosando por entregas, uno de los temas que tiene una dedicación especial es el de los alumnos migrantes. Así, el estudio apunta a que los estudiantes extranjeros tienen mejores notas que sus pares chilenos, pero que en el panorama general están detrás debido a los colegios en los que estudian. Para ahondar en la realidad y conocer la mirada de sus protagonistas, este medio recogió testimonios en primera persona del director de un establecimiento educacional y dos alumnos sobre cómo han vivido el proceso de integración.
Jorge Marticorena. Director Liceo Gabriel González Videla.
"Los estudiantes migrantes generan una sinergia interesante y desafiante. Tienen algunas características que a veces en los niños chilenos uno no observa. Traen con mucha fuerza la necesidad de realizar un proyecto, vienen con mucha voluntad y motivación. Se ven bien alegres. Otra característica es la capacidad de diálogo. Por ejemplo, yo tengo todo el centro de estudiantes que son venezolanos, hay solo una chilena. En marzo me entregaron un petitorio y ellos encantados de trabajar juntos. En la parte pedagógica uno observa mejor lenguaje, vocabulario, modulación. También se ven diferencias en los hábitos de trabajo. Traen un rigor académico de mayor exigencia, en clases están más receptivos y tienen mejores hábitos. Otro factor es el deseo de ellos de compartir su cultura".
Marianela Espín. Alumna Liceo Gabriel González Videla.
"Llegué hace casi tres años desde Venezuela. Al principio encontrar un colegio fue complicado, no sabíamos dónde había cupo o cómo era la educación. Por suerte conseguimos este liceo y comencé Primero Medio. Allá estaba en uno de ciencias, por lo que fue un cambio muy drástico llegar a un colegio técnico. Lo más distinto son los horarios. Las clases se me hicieron sencillas, porque los temas ya los había visto y entendido. Tuve la suerte de encontrarme con un lugar muy multicultural, había muchas personas de Venezuela, no era una cultura extraña. La gente chilena también nos aceptó súper bien, quisieron aprender cosas nuevas de nuestra gastronomía y costumbres típicas de allá. Se sintió bastante acogedor".
Adrián Charah. Alumno Liceo Amunátegui.
"Llegué el 23 de diciembre desde Venezuela. Iba a terminar el Bachillerato cuando tuve que venirme con mi mamá que ya estaba en Chile. Allá no daban muchas materias o clases, porque había pocos profesores o se iban los alumnos. Las cosas nuevas que vi cuando entré al liceo fueron los muchachos con cabello pintado o largo. Fue extraño, pero es algo con lo que puedo convivir, es normal. Gracias al liceo conocí a varios compañeros y pude tener un avance en mi carrera musical. Se me ha hecho muy fácil, porque aquí se pueden conseguir los recursos y el profesor de música me ha ayudado mucho. Al principio pensé que iba a ser un poco molesto empezar a estudiar, porque creí que me iban a tratar diferente por ser extranjero, pero fue muy agradable. Estoy súper agradecido".