"Es la segunda encuesta consecutiva y hay una mejora en prácticamente todos los indicadores". A pesar de que el superintendente de Salud, Sebastián Pavlovic, destacó el martes los resultados de un estudio de percepción del sistema de salud que elaboró la U. de Concepción, ya que la satisfacción de los usuarios aumentó de un 26% a 35% en 2017. Sin embargo, el ítem de las horas de espera en los recintos de salud sigue siendo un dolor de cabeza.
Según el documento, el período que mantienen las personas dentro de los centros de salud por una atención de urgencia, desde el momento en que ingresan hasta que salen, tanto pública como privada, es de 3,2 a 3,9 horas. En el caso del sector público, los usuarios de Fonasa aumentaron el período en que estuvieron en atención entre 2015 y 2017: pasaron de 3,4 a 4,1 horas.
Por otra parte, en el sector privado, aquellos que tienen isapre ascendieron de 2,5 a 2,7 horas.
En esa línea, Pavlovic manifestó que "la percepción que existe respecto a la atención de urgencia es relativamente negativas en ambos subsistemas. El área de atención de urgencia está saturado y claramente ahí hay varias medidas que se pueden tomar".
Bajo ese contexto, el superintendente argumentó que tiene que ver con un proceso de educación que haga que las personas consulten oportunamente a médicos y "no esperen a tener descompensaciones para acudir a urgencias".
Respecto a la frecuencia y al tipo de recinto que acuden las personas cuando necesitan una atención de urgencia, el estudio arrojó que un 69% de las personas consultadas (1.893) asiste a una clínica privada y que 'rara vez' lo hacen de forma seguida (47%). Solo un 4% lo hace con mucha frecuencia.
A su vez, un 59% de los encuestados va a un hospital público y un 40% lo hace 'rara vez', a diferencia del 7% que lo hace seguido.
Mientras que la satisfacción y la sensación de protección que sientes los usuarios del sistema de salud (tanto en Fonasa como isapres) ha ido de menos a más, los aspectos negativos que siguen presentes son la falta de especialistas en el ámbito público y el alza de precio de los planes en el mundo privado.