Un duro emplazamiento realizó hoy el alcalde de Tacna, Pascual Güisa, al presidente Gabriel Boric debido a la crisis migratoria que se está viviendo en el norte de Chile. Hasta ese lugar, en el límite que une a Chile con Perú, ha llegado un buen número de inmigrantes, la mayoría de ellos venezolanos, con intención de irse de Chile.

Sin embargo, al no tener los documentos requeridos, no tienen permitido el paso a Perú, por lo que han quedado en condición de “varados” entre ambos países. Según han manifestado algunos de ellos en los canales de televisión, su intención es llegar a Venezuela de vuelta.

Güisa dijo que hay que “tomar con mucha responsabilidad este tema” y que el Mandatario chileno “no toma las medidas adecuadas”. “Los problemas no podemos trasladarlos a otro país”. El alcalde catalogó a Boric como un “innombrable” y dijo que ha sido “irresponsable”.

“No podemos aceptar que se traslade el problema de una frontera a otra”, remató Güisa.

Al ser consultada, la ministra del Interior, Carolina Tohá, respondió a estos dichos y señaló: “Palabras como esas no contribuyen en lo más mínimo a hacerse cargo al tipo de fenómeno que tenemos al frente y al rol que nos corresponde a las autoridades para manejarlo de la manera más adecuada”.

“Chile vive todos los días el desafío del tema de la migración y la vivimos con sentido de responsabilidad, entendiendo la magnitud que tiene este fenómeno”, aseguró la ministra del Interior.

En ese sentido, agregó que “la Cancillería de Chile ha estado en contacto con Perú desde el primer momento en que esto se empezó a producir. Además las autoridades y los funcionarios responsables de la frontera han estado atentos también desde las primeras horas para que las personas que intentan trasladarse a otros países encuentren por el lado chileno todas las condiciones de apoyo humanitario. Si no pueden trasladarse, que tengan condiciones, especialmente cuando hay niños, niñas y adolescentes para que no los pongan en una situación de mayor vulnerabilidad”.

Ayer, las autoridades peruanas decidieron decretar estado emergencia en su frontera sur, permitiendo que policías y militares realicen operaciones tendientes a frenar el flujo de migración irregular.