El miércoles, los estudiantes del Instituto Nacional depusieron la toma que mantenían en el establecimiento desde el 11 de noviembre, por la crisis social que vive el país, pero también por el petitorio interno por el cual protestaron durante todo el año.
La ocupación de 23 días terminó a causa de la "alta cantidad de destrozos" y baja participación de los mismos escolares. Según explicó el centro de estudiantes a través de un comunicado, se constató que hubo daños en el laboratorio de computación, saqueo en la bodega de resmas, "devastación de la inspectoría" de la jornada de la mañana y desórdenes en el Departamento de Francés, todos ubicados en el Sector 2 del colegio.
Sin embargo, el centro de estudiantes afirma que los alumnos no tenían acceso a ese sector, por lo que tienen dudas sobre el origen de los daños.
Además de esa destrucción, la organización escolar afirma que hubo "robo de proyectores de las salas del Sector 1" y una "falta de apoyo sistemático de parte del estamento y la comunidad presencialmente en el espacio de la toma".
Todo ello, sumado a que la toma impedía el uso del edificio para la licenciatura de los 4° medios, llevó a que el centro de estudiantes decidiera deponer la protesta. "(En la primera asamblea) se acordó y señaló que, en caso de existir muchos destrozos, la toma llegaría a su fin, siendo aquella la situación actual del establecimiento", dice el comunicado.
El presidente del centro de alumnos, Rodrigo Pérez, dice que tienen la convicción de que los autores de los destrozos, que habrían ocurrido entre el lunes y martes, eran ajenos al liceo, "porque fue súper extraño el contexto en que se dieron".
"Nosotros no nos percatamos de eso, pero el municipio nos llamó y nos dio la hora y el lugar exacto en que ocurrieron. Es curioso que alguien que no está en la toma sepa lo que ocurrió. Además, pasó en un sector al que no teníamos acceso", dice.
Por lo mismo, Pérez adelanta que junto a abogados "estamos preparando una denuncia contra quienes resulten responsables" de los daños.
Respuesta al petitorio
Si bien la toma fue depuesta por los daños y la baja participación, los estudiantes lograron avances en su petitorio, el que fue negociado con la Dirección de Educación Municipal de Santiago.
Por ejemplo, dicen los escolares, se aumentará de $1.700 a $3.200 millones el presupuesto para mejorar las salas y la municipalidad enviará un equipo para realizar una mantención de las cañerías.
Además, se acordó iniciar cuanto antes el proyecto de remodelación y equipamiento de baños y camarines, para que el liceo sea plurisexual en 2021 y pueda recibir a niñas.
Y también se llegó a un acuerdo con el municipio para que no existan sanciones de la dirección del liceo "a los estudiantes por el mero hecho de participar en la toma y que cada situación en particular de daños o pérdidas se investigará particularmente".