El pasado 20 de agosto un grupo de estudiantes de la Universidad Diego Portales se tomó la facultad de Derecho. El motivo, según denuncian, surge a raíz de que un profesor ayudante acosara a más de 20 de ellas, recibiendo sólo una amonestación escrita.
Según menciona "Interferencia", todo comenzó en abril, cuando un pantallazo del implicado se difundió entre las mujeres de esa facultad. En él se podía apreciar cómo este interactuaba insistentemente en el Instagram de una de las afectadas.
Las víctimas denunciaron a mediados de mayo y la universidad, acusan, no se ajustó a la "Normativa de Prevención y Sanción de Acciones de Violencia Sexual", a la hora de analizar el caso.
El medio detalló que "el grupo de estudiantes solicitó tres medidas de protección: que no hiciera clases, que no revisara pruebas y que se le prohibiera la entrada a la facultad".
Según el artículo n°23 de dicho reglamento, la Dirección Jurídica tiene un plazo de cinco días hábiles para acoger o denegar las medidas de protección, pero se demoraron 17 y rechazaron la última medida de la solicitud que negaba el acceso del profesor a la facultad. Además, mencionan que se rompió el acuerdo de confidencialidad con quienes decidieron hablar de los acosos.
Ante la postura de la casa de estudios, la toma feminista tomó fuerza y este miércoles su rector, Carlos Peña, emitió un comunicado de tres puntos. El primero menciona que "La universidad debe mantener una decidida disposición a evitar y sancionar cualquier forma de abuso o discriminación, especialmente por razón de género", además, aclara que la falta de confidencialidad -a su juicio- constituye una segunda causa de victimización contra las afectadas.
Seguido detalla que las reglas sobre acoso y abuso sexual, además de su debido procedimiento, requieren una "vigilancia permanente". Por lo mismo, la universidad debe tener un órgano independiente que se encargue de su correcto funcionamiento.
Por último, Peña argumenta en base a lo anterior, que las autoridades de cada facultad en paro deben hacerse cargo de dialogar con las estudiantes, pero esto cuando ellas vuelvan a clases. Destaca en este ítem que "las tomas -que lesionan bienes muy importantes de la universidad, en especial su quehacer intelectual- se encuentran sancionadas en las reglas que a todos nos obligan".