Como una medida para evitar retroceder a la “cuarentena total”, el Ministerio de Salud y la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, informaron -durante el reporte por coronavirus- que el Gran Concepción (compuesto por 10 comunas) adoptará un toque de queda más estricto, desde las 20 horas a las 5 de la madrugada, desde el sábado 21 de noviembre. El conurbano de la Región del Biobío se suma a la Región de Magallanes y a la comuna de Puerto Montt, en Los Lagos, que tienen las mismas restricciones.
Martorell advirtió que “será una medida muy fiscalizada”, y que con ella buscan evitar que alguna de las 10 comunas “tengan que seguir retrocediendo en el plan Paso a Paso”.
La subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, explicó que al igual que las otras medidas epidemiológicas, esta será revisada semana a semana. Consultada si el toque de queda será una medida “dinámica” como las cuarentenas en su inicio, Daza explicó que “las restricciones las hemos ido evaluando en función de cómo va evolucionando la pandemia” en cada territorio.
Este jueves se reportaron 299 nuevos casos en la Región del Biobío, que además cuenta con 1.665 casos activos, siendo solo superada por la Región Metropolitana, con 1.752. En el último informe epidemiológico, si se contabiliza solo la comuna de Concepción, esta tiene 277 casos activos.
Preocupación en la zona
Tras el anuncio, el alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, dijo que “toda medida resulta ser insuficiente en esta pandemia si su implementación no viene acompañada de mayor fiscalización y recursos para aumentar el trabajo de pesquisa oportuna”.
El edil pidió un plan de fiscalización especial coordinado con las otras nueve comunas del conurbano que esté liderado por la autoridad sanitaria local.
En tanto, el intendente del Biobío, Sergio Giacaman, explicó que la medida “extraordinaria” se impuso pues “los casos de nuestra región tienen que ver con brotes familiares, que son el 70% de los casos”.
El jefe regional señala que como gran parte del territorio de la región está en Fase de Transición, “los encuentros familiares se están produciendo los días de semana, y esta medida permite cortar los tiempos en los que se puedan producir estos encuentros, como un llamado de atención para evitar volver a la cuarentena total”.
A pesar de las diferencias entre algunas zonas del país, el toque de queda se ha mantenido vigente desde el 22 de marzo a nivel nacional, cuando se anunciaron una serie de restricciones a propósito de la crisis sanitaria.
La facultad de quitar o no el toque de queda recae en el Ministerio del Interior y la medida está siendo analizada, según reveló el ministro de Defensa, Mario Desbordes, a inicios de esta semana, al señalar que el Presidente Piñera anunciaría el fin de la restricción del estado de excepción -y por ende, del toque de queda- en las zonas “donde no se justifica”. Por el lado de los expertos en salud, aunque no hay dudas sobre la efectividad para contener brotes, sí se habla de una medida ya “agotada”, considerando el tiempo que la población ha estado bajo ese régimen.
La epidemióloga y miembro del Consejo Asesor Covid-19 Catterina Ferreccio plantea que “las medidas de restricción generales se dan cuando no puedes aislar el foco infeccioso. Y eso es una falla. A nadie le gustan estas medidas y a mí como epidemióloga no me gustan, pero no se ha podido aislar bien y a tiempo a los casos positivos. Las medidas extremas no son culpa de la población, sino que hay un sistema que no puede contener los casos”.
Sobre el endurecimiento de la limitación de movimiento en el Gran Concepción, Ferreccio opina que “va a disminuir la transmisión, no me cabe duda, y esto es una señal para la población, para que se tomen el problema de la pandemia más en serio. Pero esto merece también una queja al servicio de salud local, que se les fueron de las manos estos casos”.
Como mesa asesora, el último pronunciamiento sobre este tema fue a fines de septiembre, cuando se recomendó mantener el toque de queda hasta evaluar las consecuencias de los contagios tras las celebraciones de Fiestas Patrias. Sin embargo, en la misma minuta, también se sugería vincular el levantamiento gradual de esta medida a las etapas del plan Paso a Paso. Es decir, a mayor avance, menos horas de restricción, aunque manteniendo limitaciones específicas de horario de funcionamiento para los locales nocturnos.
Para el epidemiólogo de la Universidad del Desarrollo Manuel Nájera, el problema es que a la fecha “no se ha hecho una evaluación sobre la efectividad del toque de queda para decir si sirve o no sirve. Probablemente tiene un efecto en reducir las reuniones sociales nocturnas, y en ese sentido, uno podría sospechar que hay un efecto. Sin embargo, ha sido muy prolongado y las medidas agotan y el toque de queda merece una evaluación”.