En mayo de este año dos carabineros fueron dados de baja por el presunto robo de especies en un allanamiento en Renca, luego de ser denunciados por vecinos. Ambos fueron formalizados ese día por la Fiscalía Centro Norte.
Lo que no se supo entonces era que se trató de una banda de cinco carabineros que habrían entrado a robar cinco casas en una noche, realizando un verdadero "tour delictual". El botín total fue de casi $ 1 millón en efectivo, además de otras especies.
Según la querella del Consejo de Defensa del Estado (CDE), presentada el 5 de agosto pasado por los los delitos reiterados de robo con intimidación, se trata de un grupo compuesto por el suboficial José Luis Abarca y los cabos María Paz Palacios, Bernardo García, Gabriel Opazo y Paulo Mardones.
De acuerdo al documento, todos vestidos de uniforme y junto a más personas no identificadas ingresaron a estos inmuebles rompiendo las puertas, simulando que era una operación de allanamiento de drogas. Luego, reducían a los habitantes apuntándole con sus armas (donde incluso habían niños y una persona discapacitada) y se llevaban el dinero en efectivo, joyas y celulares.
El CDE detalla que el "tour delictual" comenzó el 15 de mayo a las 00:40 horas aproximadamente, cuando los cinco carabineros en servicio activo en ese momento, junto a más personas, llegaron hasta un condominio de siete casas en calle Eulogio Altamirano, en Renca.
El organismo señaló que el primer robo ocurrió cuando el suboficial Abarca y el cabo Opazo golpearon y rompieron la puerta de la casa 1, donde vive un matrimonio junto a su hijo de 11 años, y se identificaron como Carabineros. Luego botaron al piso al dueño de casa y les pidieron a todos que no los miraran a las caras. Tras ellos, les preguntaron si tenían drogas y joyas, y empezaron a registrar la casa. Finalmente se robaron del inmueble, de acuerdo al CDE, $ 100 mil en efectivo, un celular, un par de hawaianas y luego se retiraron del lugar. Mientras todo esto ocurría, la cabo Palacios vigilaba afuera del condominio y los cabos Mardones y García hacían guardia afuera de la casa.
Después, los carabineros se trasladaron a una segunda casa. Ahí golpearon la puerta y gritaron que la abrieran. El dueño del inmueble, quien estaba junto a su señora, hijo y suegro, abrió la puerta y los individuos que acompañaban a los carabineros apuntaron a los moradores con armas de fuego y obligaron al dueño de casa a salir de su hogar. En ese momento, señala el CDE en el documento, el suboficial Abarca ordenó al resto de los policías a que registraran el inmueble y se robaron $ 200 mil y un reloj marca Guess.
Luego se movieron a una tercera casa del condominio, donde botaron al suelo a la dueña de casa y el cabo García le puso a otra señora una pistola en la cabeza y le pidió drogas, dinero y joyas. El mismo cabo entró a una de las piezas y sacó desde $ 125 mil en efectivo y una cadena de oro.
El tour continuó en una cuarta casa, donde se robaron la mayor cantidad de dinero: $ 500 mil. Ahí ingresaron los cabos Opazo y Mardones vestidos con chalecos antibalas, cascos blindados y credenciales policiales. Quebraron la puerta y apuntaron con pistolas a la altura de la cabeza a una de las personas que estaba en la casa, a quien le ordenaron que se quedara en una pieza. Aparte del dinero en efectivo, se llevaron un reloj marca Mercedes Benz.
La última casa afectada fue robada, según el CDE, por el sufoficial Abarca, quien con "vestimenta institucional de Carabineros, en compañía de otros dos sujetos no identificados, todos premunidos de armas de fuego, ingresaron al inmueble, pateando la puerta, y amenazando a la víctima M.D.Z, obligándola a tenderse en el piso, mientras se registran los cuartos. Los imputados sustrajeron del domicilio un celular Motorola. Mientras esto ocurría, la imputada María Paz Palacios Ortega vigilaba en la entrada".
Todos los uniformados hoy están formalizados por la Fiscalía Centro Norte y se encuentran en prisión preventiva.