Tras la huella del escurridizo gato güiña
El Parque La Campana cuenta con un sistema de monitoreo de especies y sus amenazas. Allí, donde emerge el "lado B" de una zona con pocos humanos, por primera vez se captó, entre Valparaíso y Rancagua, a este salvaje félido .
Entre robles, palmas y araucarias. Hojas mojadas. Uno que otro peñasco. Y el sonido del viento. Allí, en el Parque Nacional La Campana, Región de Valparaíso, los 18 guardaparques de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) cumplen labores no solo de patrullaje, mantención y educación ambiental. También "técnicas", con la instalación y retiro de cámaras-trampa.
El parque cuenta con 30 dispositivos de monitoreo, que buscan capturar imágenes de animales emblemáticos y sus posibles amenazas, como perros y conejos. Los dispositivos automáticos son instalados durante uno o dos meses, para luego ser retirados y trasladados a otro de los 60 lugares de observación.
Algunas cámaras están ubicadas cerca de senderos. Otras en sitios más lejanos. La Tercera acompañó esta semana a un grupo de guardaparques en la labor de abrirlas y revisar sus imágenes.
La caminata comienza a 1.800 metros de altura. Durante seis horas de recorrido por el mismo sector que en 1834 visitó Charles Darwin, los guardaparques buscan a través de un GPS las tres cámaras-trampa que deben desinstalar. En un solo día no se pueden analizar más. "Físicamente es cansador, pero se compensa. Si hoy hice esta actividad, puede que mañana trabaje en la oficina", dice Miguel Celedón.
Una vez retiradas las cámaras, se almacena el material fotográfico. "En una temporada puedes llegar a tener más de 100 mil imágenes", precisa Cipriano Núñez, encargado del monitoreo en el Parque Nacional La Campana.
Cada fotografía debe ser renombrada, a través de un programa computacional o de manera manual, para identificar y clasificar las especies. Luego se ingresan coordenadas para obtener el porcentaje de ocupación de cada sitio, tanto de la especie como de sus amenazas. "Así, se puede tener una idea de las variaciones positivas o negativas en la ocupación y especies, incluso a largo plazo", explica el mismo Núñez.
Las cámaras instaladas en las cercanías de Olmué, en un sector del parque que el año pasado contó con más de 50 mil visitas, buscan captar e identificar a siete carnívoros para esa zona, de los cuales ya se han registrado cinco: zorro culpeo, zorro chilla, gato colocolo y gato quique. El quinto se sumó justamente esta semana, tras la apertura de estas cámaras. Se trata del gato güiña, el félido salvaje más pequeño de América. El mismo que según muchos investigadores sería el responsable de ataques y depredaciones que los mitos rurales le atribuyen al chupacabras. "Este sería el primer registro fotográfico de esta especie entre Valparaíso y O'Higgins", asegura Núñez. Ahora solo falta confirmar la presencia del chingue y del puma.
El trabajador de Conaf agrega que a través de estas cámaras se ha observado "a zorros con posibles enfermedades transmitidas por perros domésticos". Por eso, se trabaja con un programa de educación ambiental para fomentar el "cuidado responsable de las mascotas y evitar que ingresen a las áreas protegidas".
Este lugar, ubicado en lo que hasta 1993 era una mina de cristales, también está lleno de mitos y leyendas. La Piedra del Diablo, por ejemplo, es una roca en la que se dice está la figura del Señor del Averno. En ella se ve algo así como un hombre que tiene en sus manos una lanza con tres puntas y en la cabeza unos cuernos. Posibles lugares de rituales y rutas de brujos también son parte del bestiario del lugar.
Más cámaras
En 2012, la Conaf comenzó a probar este sistema de monitoreo y en 2017 se instalaron las primeras unidades. "Con esta metodología, junto con conocer las amenazas para la fauna, podemos certificar la presencia de especies que se creía que estaban allí, pero de las cuales no había registro empírico", explica Antonio Walker, ministro de Agricultura.
El Parque Nacional La Campana es una de las 13 áreas protegidas de la Conaf que cuentan con este tipo de sistema de monitoreo. "Actualmente, contamos con unas 500 cámaras-trampa y este año esperamos integrar otras 90, para incorporar a este sistema de monitoreo otros tres parques nacionales", señala José Manuel Rebolledo, director ejecutivo de Conaf. El Parque Radal Siete Tazas sería esa futura incorporación.
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