La madrugada de este domingo, tres adolescentes resultaron muertos luego de haber sido baleados por desconocidos en la vía pública, en Quilicura, Región Metropolitana.
El mayor Sebastián Tapia, de la 49ª Comisaría de Carabineros de Chile, relató que “se encontraba un grupo de menores (de edad) celebrando un cumpleaños. Estaban en el exterior, en una fogata; y aparece un vehículo desde el cual se efectúan múltiples disparos”.
En esa línea, el mayor Tapia reconoció que se está investigando si los disparos fueron hechos desde el vehículo o si los ocupantes -que serían entre dos a cuatro, según la Fiscalía- descendieron de éste para concretar el ataque.
“Son tres víctimas fatales, hay dos menores que también están lesionados y un adulto que está lesionado. De lo que tenemos conocimiento es que efectivamente son de acá de la comuna de Quilicura”, dijo la autoridad policial.
Ráfagas de tiros dejaron tres fallecidos y al menos tres heridos
Por su parte, el fiscal Daniel Contreras, del Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH), afirmó que, aparte de los tres adolescentes fallecidos, hay al menos tres personas “con riesgo vital”.
Sobre el ataque, el fiscal Contreras manifestó que todavía “no tenemos la exactitud de cuántos tiros fueron”, pero apuntó que “fueron muchos, fueron ráfagas de tiros”.
“Creemos un arma automática atendido lo que han señalado testigos y la cantidad de tiros que se han encontrado, pero aún está en investigación para poder darlo con mayor exactitud”, añadió al respecto.
Al conocerse los hechos, personal de ECOH y de Carabineros de Chile se desplegaron tanto en el sitio del suceso como en recintos de salud, además de una zona en la que se encontró un auto quemado y que podría estar vinculado con el triple homicidio.
“Estamos levantando cámaras, estamos levantando información con los testigos para poder establecer qué fue lo que ocurrió”, añadió el mayor Sebastián Tapia.
De momento, no se conoce el paradero de los atacantes y se está buscando esclarecer si el ataque tiene que ver con un posible ajuste de cuentas.
Las víctimas tenían entre 13 y 17 años.