"Nada puede ser mejor que este momento". Así quedó registrada en La Tercera del viernes 23 de octubre de 2015, la felicidad de Esteban Guzmán Rioseco y Vicente Medel Salazar, quienes ese día, a las 08.45 horas, en Concepción, se convirtieron oficialmente en la primera pareja que legalizó su condición bajo el Acuerdo de Unión Civil (AUC) en Chile.
Este lunes se cumplirán exactamente tres años, y según la información obtenida desde el Registro Civil vía Transparencia, ya suman 21.189 las parejas que han seguido los pasos de Esteban y Vicente al cabo de tres años de vigencia.
El AUC es una ley que regula las condiciones jurídicas, sociales, culturales y económicas de aquellas parejas y familias que no quieren o no pueden contraer matrimonio, pero que sí desean formalizar su unión.
Y aunque en un comienzo se pensaba que serían las parejas homosexuales las que predominarían en esta modalidad, los datos revelan lo contrario. De ese total, 16.483 uniones son de parejas heterosexuales, es decir, un 78%, mientras que un total de 4.706 casos corresponden a personas del mismo sexo. De estos últimos casos, 2.453 fueron uniones entre hombres y 2.253 entre mujeres.
Hasta ahora, el mayor número de casos se produjo en 2016, con 7.338 parejas. Al año siguiente, los AUC bajaron a 6.277 y este año (hasta el 30 de septiembre) se registran 5.377.
Para el presidente ejecutivo de la Fundación Iguales, Juan Enrique Pi, "las cifras de estos primeros tres años nos demuestran que esta era una regulación familiar totalmente necesaria".
A esto se suma el dirigente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez, quien dice que "la Ley de Acuerdo de Unión Civil vino a llenar un vacío y fue un salto positivo en términos de la institucionalidad que reconoce la forma de hacer familia y hacer pareja".
Piden cambios
Si bien las organizaciones que apoyan los derechos de las minorías sexuales valoran la existencia de esta ley, coinciden en destacar que aún quedan materias por resolver en cuanto a igualdad entre las parejas. "Hay que llenar los vacíos legislativos que quedaron respecto a beneficios sociales que existen para las parejas casadas", explica Pi, para luego agregar que "lo que requiere nuestro derecho de familia es permitir que todas las parejas puedan acceder a las mismas instituciones para regular sus relaciones, y eso se logra legislando sobre matrimonio igualitario".
Rolando Jiménez, por su parte, añade que se va a seguir trabajando por el "matrimonio igualitario, desde la tramitación de la ley, y vamos a trabajar intensamente también porque el gobierno cumpla su promesa de campaña de enviar un proyecto de ley que mejore las deficiencias de la ley de unión civil".
Debate parlamentario
Cualquier modificación en la ley tendrá que tener como escenario el Congreso Nacional. Y es allí donde los parlamentarios anticipan posiciones enfrentadas. El diputado DC Mario Venegas dice que "hay sectores que no están necesariamente de acuerdo (de equiparar los derechos sociales entre ambos vínculos) y que creen que el pacto de unión civil era el modo de garantizar los derechos de las familias, o sea más bien de las parejas del mismo sexo".
Desde la UDI, la senadora Ena von Baer señala que "en general siento que se ha ido igualando eso, entonces no sé cuántas son las diferencias que hay todavía, y eso se ha producido de manera natural".
Por su parte, el senador y presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, destaca que "el AUC es la primera legislación no discriminatoria que existe en la materia". Agrega que mejorarlo "no es suficiente para establecer una legislación no discriminatoria y por eso es importante avanzar hacia el matrimonio igualitario, de manera que libremente las parejas resuelvan cuál es el estatuto jurídico al cual se van a acoger, sea el AUC o el matrimonio".
Se unieron en apoyo a las minorías sexuales
Andrés Salas (34) recuerda que la decisión de unirse formalmente a Constanza a través de un Acuerdo de Unión Civil fue por un "tema de empatía".
"Con mi señora decidimos firmar el Acuerdo de Unión Civil antes que el matrimonio porque pensamos que es una manera, de nuestra parte, para apoyar un poco al movimiento del Matrimonio Igualitario y a las minorías", señala el abogado.
De hecho, fue en noviembre de 2015, a un mes de promulgada la ley, que tanto Andrés como Constanza firmaron el AUC. La reflexión que tomaron en ese momento fue: "Hagamos algo de nuestra parte, desde nuestras posiciones de privilegio, siendo personas heterosexuales, y firmemos el AUC para que demos fe de que falta mucho por avanzar al país".
Si bien ya habían conversado la idea de suscribirse al Acuerdo de Unión Civil el 22 de octubre de 2015, no pudieron por temas de agenda: "La única razón por la cual nos demoramos y no fuimos el mismo día fue porque lo hicimos fuera de Santiago, en Papudo. Entonces teníamos que considerar un día libre para los dos".
Salas comenta que fueron la primera pareja en firmar el acuerdo en la comuna de Papudo, tal como se los señaló la oficial del Registro Civil ese día de noviembre.
Una de las ventajas de esta unión es que no necesita testigos, y esa misma intimidad fue lo que Andrés y Costanza vivieron: "Estábamos en su despacho, ella y nosotros dos solamente. Nos leyó todo el formulario, nos leyó la norma y después nos dijo que estaba muy contenta de ver que estábamos reafirmando nuestro amor. Después dijo que ella, antes de jubilarse, ojalá pudiera celebrar un matrimonio entre parejas del mismo sexo en esa sede del Registro Civil. Firmamos y nos felicitó".
A pesar de que creían que por ser mayor ella podría tener algún prejuicio, quedaron felices por las palabras de la funcionaria. Posteriormente, la pareja cumplió un pequeño gran sueño: tomarse un pisco sour a la orilla de la playa.
Las pioneras del AUC
Roxana Ortiz y Virginia Gómez hicieron historia: fueron la primera pareja lesbiana en contraer el Acuerdo de Unión Civil. Llevan 14 años juntas y en 2009 se casaron en España, país natal de Virginia.
Llegaron a Chile en 2010 y comenzaron a participar activamente por el proyecto un año más tarde, "haciendo exposición de todo lo que era nuestra vida como familia, para que la gente entendiera que no había nada del otro mundo, y así empezamos a participar en sesiones de comisiones de Familia y del Niño (en el Congreso)", relata Ortiz.
En ese proceso de exposición de sus vidas como pareja, y también de su hija Catalina (17), "tuvimos momentos súper lindos, pero también otros súper agrios. Nos mostramos las tres, dimos un montón de entrevistas e íbamos al Congreso, donde había gente que de repente decía que tu vida es una porquería", cuenta Roxana. "Era incómodo, a veces te daba risa y a veces pena, pero nunca nos cuestionamos el sentimiento que teníamos como pareja, como familia".
A Roxana le ha traído tranquilidad haber contraído el AUC. Cuenta que antes, "no teníamos derecho a ser carga en salud". Sin embargo, cree que aún falta por avanzar. "Me encantaría que mi hija, después de 15 años de que Virginia llegó a nuestra vida, tuviera como apellido el de ella. Pasarla por la libreta de matrimonio en España, que pudiera adquirir la nacionalidad, que tuviera otras posibilidades como lo hace mucha gente heterosexual".
Pese a lo anterior, dice que todo debe ir "en su justa medida. Las cosas no se pueden hacer de un día para otro".