“Muchos nos dicen que nos quedemos en la isla y que aprovechamos que aquí no hay contagiados, pero tenemos que volver. Todos tenemos responsabilidades y personas que dependen de nosotros". Jacqueline Roa (38) es una de las 750 turistas que se encuentran varadas en Isla de Pascua. El vuelo que la traería ayer de regreso a Santiago no despegó, luego de que el pasado 16 de marzo el municipio anunciara que se cerraba el aeropuerto internacional para evitar que su comunidad fuera afectada por el coronavirus, ya que hasta el momento no se registra ningún caso.
Un día antes de que se tomara esta medida, el 15 de marzo, Jacqueline junto a otros diez familiares -de distintas edades y provenientes de distintos puntos del país- aterrizaron en Hanga Roa para comenzar un esperado viaje que habían planeado con meses de anticipación. Sin embargo, hoy los inunda la incertidumbre respecto a cuándo podrán regresar al continente. Latam tiene suspendidos de manera temporal sus viajes desde y hacia la Isla.
“Hasta ahora hemos tenido mucha suerte porque la persona a la que le arrendamos las dos cabañas en que nos hospedamos no nos está cobrando por estos días extra. Además, con la familia nos trajimos la comida, así que aún tenemos este tema cubierto. Otro punto que no podemos dejar de destacar es que la municipalidad ha proveído de alimentación para los viajeros que no pueden costearla”, cuenta por teléfono Jacqueline a La Tercera.
Justamente, en medio de esta situación, el municipio liderado por Pedro Edmund ha brindado desayuno, almuerzo y cena a los más de 750 turistas -entre chilenos y extranjeros- que no han logrado volver a sus países de origen. Así lo confirman varios testimonios e imágenes publicadas en redes sociales.
En tanto, los hostales y los mismos habitantes de Isla Pascua están acogiendo a los viajes que no pueden seguir costeando su alojamiento a quienes se refieren como “huéspedes”. “Me saco el sombrero por ellos. Están organizados para que nadie quede sin alojamiento ni comida. Incluso te paran en la calle para preguntarte si estás bien y ofrecerte un lugar para pasar la noche. Todo es producto de su buena voluntad”, destaca Jacqueline.
Sin embargo, pese a que la mujer reconoce que se encuentran en buenas condiciones, dice que es inevitable sentir angustia porque aún no tienen confirmada una fecha para retornar. Y es que inevitablemente con el paso de los días, los recursos familiares irán agotándose. “Nosotros somos 11, este era nuestro viaje familiar soñado, y aunque mucha gente nos dice ‘quédense en la Isla, allá no hay contagiados’ nosotros tenemos familias y trabajos en el continente. Por ejemplo, una de mis primas administra una PYME, por lo que tiene a otras personas que dependen de ella. Además, como vivimos en distintas ciudades del país aún tenemos que gestionar cómo nos movilizaremos hacia nuestros hogares”.
Al mediodía de este viernes, Jacqueline, junto a otros turistas, concurrieron a las afueras de la Gobernación provincial de Isla de Pascua a la espera de alguna respuesta. “Hasta ahora la única certeza que tenemos es que la gobernación y el municipio están realizando las gestiones, pero aún no sabemos cuándo llegarán esos vuelos, qué capacidad tendrán y si podremos irnos todos”. Los turistas, dice, también están divididos: algunos quieren esperar una solución, pero otros han planteado realizar marchas para visibilizar su situación.
Desde el municipio, confirman que están sosteniendo conversaciones con la FACH y las aerolíneas para garantizar el retorno de los viajeros sin poner en peligro la salud de los habitantes de Isla de Pascua. Sin embargo, hasta el momento no hay fechas definidas respecto a cuándo esto podría concretarse.