Con turnos extra y a cuatro pabellones, la UTO del Hospital del Salvador atiende a cientos de pacientes con traumas oculares que dejan los balines

El estudiante Vicente Muñoz, de la carrera de Teatro de la Universidad de Chile, perdió su ojo izquierdo la tarde de lunes. Estaba participando de las manifestaciones en el Parque Forestal, cuando recibió un balín de parte de un carabinero, a dos metros de su cara. El daño fue tal, que su órgano no pudo ser salvado.

Él es uno de los últimos pacientes que han llegado a la Unidad de Trauma Ocular (UTO) del Hospital del Salvador, recinto que hasta hoy había recibido a 174 personas con trauma ocular severo desde el 19 de octubre, en el marco de las protestas y el polémico actuar de Carabineros. Se trata del 75% de los 229 casos registrados en todo el país.

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"Hemos tenido muchos más casos que lo regular. Ver este nivel de traumas oculares es una cosa muy impactante, desde el primer fin de semana de la crisis empezó a llegar un aluvión de casos", dice la doctora Anamaría Arriagada, integrante del hospital y representante del Colegio Médico.

Las cifras hablan por sí mismas: de las 174 personas con daños en sus ojos que han llegado a la UTO, 34 tienen estallido ocular por el balín y 29 perdieron totalmente la visión en su ojo afectado. El 48% sufre de una disminución severa de su visión y la mayoría de las lesiones graves han ocurrido por balines disparados con escopetas antidisturbios.

El impacto también se refleja en las cifras de las cirugías. En estas tres semanas, la UTO ha realizado 10 operaciones de evisceración primaria, que quiere decir que el ojo del paciente llegó tan dañado, que hubo que sacar su contenido y colocar un implante. El año pasado, en todo el mes de octubre, no hubo ninguna intervención de este tipo.

El aumento de los casos obligó a la unidad a reforzar su trabajo. Normalmente, cerca de 15 funcionarios atienden esa unidad, quienes están haciendo turnos extra y recibiendo apoyo para atender la alta demanda. Además, tuvieron que aumentar de uno a cuatro los pabellones.

"Esta es una cosa única. En Israel se registraron 154 casos en seis años, acá llevamos 170 en tres semanas. La velocidad con que se produjo esto nos impactó", dice Álvaro Rodríguez, oftalmólogo residente de la UTO, quien agrega que "lo más dramático es que se trata de pacientes jóvenes, de 29,5 años en promedio. Son parte de la fuerza laboral del país".

Según los profesionales, colocar una prótesis ocular cuesta cerca de $500 mil, pero sobre los $3 millones en el caso de una rehabilitación integral, que tarda meses. Por ello, piden que el Estado se haga cargo no solo de las cirugías, sino que también de la atención psicológica, la oftalmología y la terapia ocupacional.

En la audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el Gobierno afirmó que Carabineros no usa balines metálicos cuando se enfrenta a manifestantes, sino que son perdigones de goma. Pero en la UTO dicen que hay dudas respecto a eso.

La oftalmóloga Rosa Balcells dice que el proyectil que le retiraron al estudiante de Teatro es de goma, de 8 milímetros, pero que saben que tiene un contenido metálico en su interior. "La radiografía arroja una imagen metálica, a pesar de que físicamente se ve como de caucho. Tiene algo de metal adentro, y es un proyectil que produce mucha inflamación", dice.