En mayo de 2017, los alumnos de la U. Iberoamericana reaccionaron a los primeros indicios de la crisis financiera que hoy tiene al plantel en proceso de cierre. Con el paso de los meses la situación se ha complejizado y hoy los 1.092 estudiantes que permanecen asociados a la institución están a menos de dos semanas de perder el año académico, pues ni siquiera han iniciado el primer semestre.
Es por esto que han decidido tomar acciones. Según Paz Gajardo, la presidenta de la federación de estudiantes, dos de los edificios de la universidad permanecen tomados hace 17 días. Además, se presentó un recurso de protección en contra del administrador de cierre, José Samuel Jara, y el ministro de Educación, Gerardo Varela, el cual fue acogido por la Corte de Apelaciones.
Angie Fredes es vicepresidenta del centro de alumnos de Obstetricia y se resiste a la idea de titularse en otra institución. Sin embargo, asume que su realidad es difícil. "Nosotros somos los más afectados, porque ni siquiera hemos terminado el 2017. Cuando partió la crisis éramos 500 alumnos y ahora quedamos 145, la mayoría de último año, a los que no nos conviene irnos a otra institución", dijo.
Distinto a ella pensaron los cerca de 1.400 alumnos que abandonaron la idea de terminar sus estudios en la U. Iberoamericana. "Algunos se fueron a otras universidades, otros decidieron dar la PSU de nuevo o simplemente desertaron", contó Fredes.
En la carrera de Trabajo Social también buscan opciones. Denis Contreras es alumna de cuarto año y dice que está a la espera de que termine la toma para retirar sus papeles y migrar a otra universidad. "En la U. SEK y la U. Miguel de Cervantes nos convalidan hartos ramos. Así que estamos esperando, pero por mientras no tenemos mucho que hacer", dijo.
Similar es la determinación que tomó David Martínez, quien es técnico social y vio en este plantel la oportunidad de convalidar su carrera. Ahora, dice que esto "fue una pérdida de tiempo. He enviado correos para ver cuándo puedo retirar mis documentos, pero no he tenido respuesta. La comunicación con las autoridades de la universidad ha sido muy mala", aseguró.
La última opción de reubicación que se desechó fue la U. Santo Tomás. Esto, tras la publicación de la Ley de Educación Superior, que cambió de tres a cuatro los años de acreditación que debe tener un plantel para ser parte del proceso de cierre de otra institución. "Estamos conversando con otras universidades de manera de tratar de que los jóvenes de la U. Iberoamericana no pierdan este semestre", señaló Varela.