Los últimos siete años no han sido fáciles para la Universidad Pedro de Valdivia (UPV). En 2012, entró en una profunda crisis, luego de que el rector de la época, Ángel Maulén, fuera acusado de sobornar al presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) para obtener la certificación del plantel, práctica en la que también incurrió la extinta Universidad del Mar.
La investigación concluyó en una condena de tres años de libertad vigilada y una multa de $100 millones para Maulén, y otra multa de $50 millones para la universidad. Esto golpeó fuertemente al plantel: entre 2012 y 2013 perdió un cuarto de los casi 11 mil alumnos que tenía, y el año pasado la matrícula ya había bajado a menos de 6 mil estudiantes. Y a eso se suma la pérdida de la acreditación, la que todavía no logra recuperar, lo que le impide acceder a beneficios fiscales para sus alumnos.
Pero la UPV busca ahora una segunda oportunidad. La asamblea de socios le inyectó nuevos recursos y cambió su plana directiva, colocando en la rectoría al abogado Rafael Rosell, quien llegó a mediados de abril y afirma que Maulén ya no tiene ninguna relación con el plantel.
"Él no está en la asamblea de la universidad. El señor Maulén no está en la UPV y en la asamblea de socios tampoco. No tiene ninguna injerencia. Es más, no lo conozco. La mayor injerencia la tiene Enrique Rodríguez Villa", explica. Según información de la universidad, Maulén renunció a la asamblea de socios en 2013 y desde esa fecha no tiene relación jurídica ni contractual con ellos. De hecho, el exrector cambió de rubro, al ingresar al directorio de Colo Colo.
¿Cómo será la nueva etapa de la UPV? Para empezar, Rosell revela que hubo "un aporte (monetario) muy fuerte de la asamblea de socios a este proyecto, por lo que hoy la universidad cuenta con un patrimonio aproximado de $8 mil millones, tenemos nuestro flujo totalmente equilibrado, con lo que el año pasado terminamos el balance con $500 millones a $600 millones".
El segundo paso es reacreditar la calidad, para lo cual ingresaron hace unos días el informe de autoevaluación en la CNA. "La universidad hizo un viaje por el desierto, hasta asumir que ya era necesario lanzarse a la acreditación. Tuvo un período de crisis muy grave, pero hoy asume su responsabilidad social al certificar su calidad", cuenta el nuevo rector, quien acá cuenta el nuevo enfoque que tendrán.
-¿Cómo será el nuevo perfil de la universidad?
Nos perfilamos en inclusión, calidad, ética, probidad y transparencia. Y desde el punto de vista académico, la mirada estará focalizada en regiones. Tenemos sedes en Chillán, Antofagasta y La Serena, y queremos que se sienta la presencia de la UPV en cada región en que está.
-El grupo vendió los colegios, y tiene un preuniversitario. ¿De ahí salieron los recursos para la universidad?
Esas cosas no las pregunto, lo que me interesa es que tengamos una universidad con patrimonio y un flujo equilibrado. Lo que quieran hacer los controladores, que es la asamblea de socios de la universidad, me parece estupendo si va en beneficio de la universidad. Pero no sé en concreto cuántos recursos se envían de otras partes. Lo que tengo claro es que uno de los asambleístas tiene un especial cariño por la universidad, que es la familia Rodríguez Villa.
-¿Les gustaría entrar a la gratuidad?
Cuando tengamos los cuatro años de acreditación, podríamos entrar a la gratuidad. Soy crítico de la gratuidad, pero tenemos que conversarlo, a nuestros estudiantes les haría bien entrar a ese beneficio, aunque es complicado el cómo se financia el sistema. Pero esta universidad va caminando a eso, con todas las becas y beneficios que tiene.