Ucrania dijo el jueves, más de una semana después de su incursión en Rusia, que no había indicios de que la presión militar rusa estuviera retrocediendo en el frente oriental dentro de sus fronteras e informó de los combates más intensos en semanas cerca de Pokrovsk.
Ucrania lanzó un gran asalto a la región rusa de Kursk el 6 de agosto, abriendo una franja de terreno en lo que los analistas militares han dicho que es, en parte, un intento de desviar a las fuerzas de reserva rusas para que actúen como refuerzos.
El portavoz militar ucraniano Dmitro Lijovi dijo que Rusia había trasladado algunos efectivos del sur ocupado de Ucrania a otras zonas, pero que por ahora no había constituido un gran redespliegue.
“No se han detectado cambios significativos en el tamaño del grupo y el número de efectivos no está cambiando lo suficiente como para indicar diferencias o debilitamiento en (...) las hostilidades”, dijo Lijovi en la televisión nacional.
Serhi Tsehotski, oficial de la 59ª Brigada Motorizada de Ucrania, dijo que no había disminuido la presión rusa en la región parcialmente ocupada de Donetsk, donde Rusia ha concentrado sus ataques durante meses.
“El enemigo, a pesar de lo que está ocurriendo en el territorio de Rusia, sigue (...) manteniendo el grueso de sus efectivos en esta dirección y tratando de lograr el éxito”, dijo Tsehotski en la televisión nacional.
El ejército ruso había utilizado todas sus reservas disponibles en la región oriental de Donetsk y había “presionado verdaderamente” a Ucrania allí, dijo.
El Estado Mayor del ejército ucraniano dijo que se habían producido 58 combates entre Kiev y las fuerzas de Moscú en el frente cercano a la ciudad logística de Pokrovsk, controlada por Kiev, la mayor cantidad de la que ha informado en un solo día este mes.
DeepState, un popular blog militar ucraniano, informó a última hora del miércoles de avances rusos en las localidades de Zhelanne y Orlivka, en el frente oriental de Ucrania.