Eran las 00.06 de la madrugada del viernes 16 de agosto y dos integrantes de la banda criminal que perpetró el millonario asalto a la sucursal de Brinks de Rancagua mantenían una de las últimas conversaciones antes del atraco, vía WhatsApp.
En una comunicación con códigos en clave, donde el asalto era “la fiesta”, los delincuentes “los músicos” y los implementos para el robo “los equipos de música”, los sujetos sellaban su suerte y se encomendaban al destino. “Que mañana sea un éxito la fiesta”, le decía el guardia de la firma, Óscar Saavedra Saavedra, uno de los sujetos que se encuentra en prisión preventiva, a otro de los presuntos implicados en el clan, que estaba registrado como “Primo 2″. Este último respondía así: “Así será. Tiene que ser”.
En total, hasta ahora, 20 personas se encuentran en prisión preventiva por el robo de $ 12 mil millones de la empresa ubicada en Avenida Río Loco 73. La Fiscalía continúa buscando a los otros involucrados, que podría llegar a ser 10 más. Los sujetos elaboraron un minucioso plan que incluyó 33 vehículos, armas de guerra -como un fusil AK-47-, disfraces y distintos roles.
A las 6.00, un primer grupo de sujetos dejó un furgón Maxus blanco estacionado afuera de uno de los muros perimetrales. Dicho vehículo terminaría siendo clave en los acontecimientos.
Una hora más tarde, las 7.00 en punto llegó Saavedra Saavedra, parte de los ideólogos de acuerdo a los antecedentes que se manejan en la carpeta de la Fiscalía. Le tocaba ese día, a petición personal, hacer el turno en la “torreta”, vale decir, en la cabina donde se encuentran las cámaras de seguridad del recinto.
La mañana vio llegar al resto de los trabajadores a sus puestos de trabajo en un viernes interferiado, que, en el papel, se presentaba como un tranquilo día en esa ciudad de la Región de O’Higgins.
A las 12.08, el guardia comienza una revisión de cámaras que dan hacia el exterior. De acuerdo a los registros de las cámaras internas de su caseta, el trabajador mantenía tres teléfonos celulares, que iba manipulando.
En otros puntos de la ciudad, a las 12.20, Carabineros comenzaba a recibir llamados en la Central Cenco que daban cuenta de vehículos quemados e incluso disparos. “La totalidad de los vehículos policiales concurrieran al sector de la Villa Luna, en donde en el lugar se estaría gestando una quema de un vehículo y sujetos efectuando disparos en la vía pública, como además ingresaron reiterados llamados al celular del cuadrante informando sobre lo sucedido”, dice un reporte de la policía uniformada de esa hora. En este punto, comenzaron los primeros enfrentamientos a disparos entre Carabineros y delincuentes.
La revisión de pantallas del guardia se mantuvo por varios minutos, hasta que a las 12.26 se le ve presionando los botones del portón para abrir unas puertas.
A las 12.29, el furgón blanco y otros dos vehículos comenzaban a movilizarse afuera de Brinks. Como si todo estuviera cronometrado, a las 12.30 en punto, cuatro mujeres salen de la firma para fumar unos cigarrillos. Una de ellas es la cajera Ximena Fuentes, quien fue formalizada y se encuentra en prisión preventiva por su supuesta participación. Fuentes y Saavedra son los trabajadores que los investigadores estiman que entregaron información confidencial de la empresa para concretar el delito.
Pasaron dos minutos de la salida de las mujeres para ese momento de esparcimiento, a las 12.32, cuando llegó la camioneta blanca, desde donde bajaron dos sujetos vestidos con uniformes azules, similares a los que vestían las trabajadores, y con pelucas largas, asemejando ser mujeres. Algunos segundos después bajaron otros cinco sujetos, completando cinco asaltante, todos caracterizados. Uno de ellos portaba un arma larga e ingresaron sin forzar la puerta. El portón, se aprecia en las imágenes estaba cerrado, y fue abierto desde dentro con el sistema que manejaba el guardia.
Con premura, a las 12.32 el primer grupo de sujetos ya se encontraba adentro de la empresa y comenzaba a desplegarse directo a la sala donde estaba el dinero en efectivo.
A las 12.35 se aprecia que el guardia, ahora de pie, se comunica con un superior, comentándole que hay sujetos armados y que apretó el “botón de pánico”, pero que este no funcionó. “Perro, hay un botón de pánico, ¿lo activaste?”. A esa misma hora, el primer grupo se encontraba adentro de la bóveda recopilando el dinero.
En paralelo, de uno de esos tres vehículos se bajó otro grupo de sujetos con tres escaleras, que posicionaron en uno de los muros perimetrales. Así las cosas, iniciaban la extracción de grandes fardos de dinero.
A las 12.36, de acuerdo a las cámaras de seguridad, los sujetos emprendieron la huida de lo que, hasta ahí, marchaba según lo planeado. Varios billetes terminaron regados en la acera. La Fiscalía posicionó a 15 sujetos en dicha sucursal.
La persecución
Pese a que Carabineros se encontraba dispersado en los operativos surgidos minutos antes, a las 12.38 un piquete policial inició una persecución a una de las camionetas involucradas, la Hyundai H-1, en la Ruta H202. Allí se produjeron otros enfrentamientos a disparos. En paralelo, fueron seguidos otros vehículos.
La mayoría de las detenciones se produjeron en el sector de San Ramón, entre las 12.50 y las 13.40, por personal de la policía uniforma en los sectores de San Ramón, en camino Santa Elena, en el Fundo La Parva, en la Ruta 5 Sur, altura by pass de Rancagua y en el sector de La Estrella.
A las 14.02, los uniformados, siguiendo con las diligencias, en el predio agrícola a unos 10 metros del camino San Ramón, encontraron armamento y otros objetos, como 140 mil pesos.
A las 23.30 de ese viernes, Carabineros recibió una orden de detención verbal por parte de la Jueza Carolina Lazen, magistrado del Juzgado de Garantía de Rancagua. Ordenaba aprehender al guardia Óscar Orellana.
Una de las últimas diligencias para desbaratar a la banda fue la detención de la cajera Ximena Fuentes, que se produjo el domingo 18 a las 5.58. El Grupo de Operaciones Especiales de Carabineros (GOPE) y el OS9 llegaron hasta el domicilio donde se encontraba, en San Rafael Arcángel, para aprehenderla. No opuso resistencia.
Antes de la formalización del martes 20, se produjo uno de los últimos momentos en la cronología de la primera etapa del caso. El lunes a las 18.27 el fiscal Carlos Fuentes, quien lleva la causa, recibió un correo de la gerenta de Brinks, Daniela Bustos, con el monto robado, lo que hasta ese momento era desconocido. “Estimamos que el monto preliminar y aproximado de lo sustraído alcanza alrededor de los 12 mil millones de pesos”, se señala en esa comunicación, puntualizando que la información es “crítica” para los clientes y los “seguros involucrados”. Dinero que, por cierto, sigue sin aparecer.