"En el caso de La Moneda, hoy es un día normal de trabajo", había señalado el ministro Andrés Chadwick el martes, anticipando un giro del gobierno respecto de años anteriores: este 11 de septiembre no habría una conmemoración oficial por los 46 años del golpe de Estado.
El rememorar o no el quiebre de la democracia en 1973 se había instalado hace días en un verdadero dilema para el gobierno, según admiten distintas fuentes de Palacio. Si en 2013 la alusión del Presidente Sebastián Piñera a los "cómplices pasivos" del régimen militar que "sabían y no hicieron nada o no quisieron saber" desencadenó fuertes recriminaciones en sectores de la UDI y RN, el año pasado fue objeto de duras críticas de la oposición cuando apuntó a que "la democracia estaba enferma", y en un acto ecuménico en La Moneda llamó a preguntarse por qué se había "derrumbado", lo que fue leído por la centroizquierda como una justificación del golpe.
Así, consciente de que si bien conmemorar el 11 podría reafirmar sus "credenciales democráticas", pero también volver a instalar una división entre sus partidos, el Jefe de Estado optó este miércoles por entregar una breve declaración en el Patio de Los Naranjos de La Moneda, acompañado de la primera dama, Cecilia Morel, y sin contestar preguntas.
En su reflexión, Piñera aludió a las "reiteradas e inaceptables violaciones a los derechos humanos" que se dieron durante el régimen militar, pero también insistió en que "nuestra democracia venía enferma" y apuntó a que el gobierno de Salvador Allende "había conducido a Chile a una crisis sin precedentes de carácter político, económico y social".
La decisión del gobierno de no conmemorar oficialmente el 11 -donde se argumentó, además, que en esta ocasión la efeméride no resultaba tan relevante como los 40 años del golpe- no solo generó duras críticas en la oposición. La postura de Palacio también abrió un flanco en el oficialismo, donde varios dirigentes tomaron distancia de la expresión utilizada por el ministro Chadwick para desestimar la realización de un acto especial.
"Hoy no es un día normal, ni debiera serlo", señaló el senador de Evópoli Felipe Kast. "Es, al menos, un día para la reflexión", agregó. El senador RN Manuel José Ossandón también rechazó que el 11 de septiembre fuese tratado como un día más, mientras que Andrés Allamand indicó que debía ser una jornada para una "doble reflexión".
Y corroborando que en la centroderecha el golpe de Estado sigue dividiendo, la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, defendió este miércoles la decisión del gobierno de no conmemorar el 11, afirmando que "era una fecha que está en los libros de historia" y que "no podemos seguir viviendo anclados en el pasado".
La timonel gremialista junto a la mayoría de los senadores de la UDI y RN optaron por ausentarse del minuto de silencio con que la Cámara Alta recordó el 11. En la sala, en representación del oficialismo solo se divisó a los senadores Allamand, Ossandón y el UDI David Sandoval. Una situación similar se vivió en la Cámara de Diputados, donde tres legisladores de Chile Vamos abandonaron el hemiciclo durante la ceremonia en memoria de las víctimas del régimen militar.
"Este homenaje fue parcial, debiera haber sido para todas las víctimas, sean del sector que sea", argumentó el diputado UDI Sergio Bobadilla tras salir de la sala, mientras que Ignacio Urrutia, del partido en formación de José Antonio Kast, agregó que "no tengo por qué rendirles homenaje a personas que no son de mi lado".
Oposición acusa negacionismo
Como todos los años, la oposición rememoró en distintas ceremonias el golpe de 1973 y varios de sus dirigentes acusaron una actitud "negacionista" del gobierno al desistir de recordar oficialmente el quiebre de la democracia.
"Entre ellos tienen contradicciones y también una cierta manifestación de negacionismo, aquí hay mucha gente que le gustaría que olvidáramos lo que ocurrió un 11 de septiembre", dijo la senadora Isabel Allende, tras dejar una ofrenda floral en el monumento a su padre en la Plaza de la Constitución.
Por su parte, el presidente del PS, Álvaro Elizalde, agregó que "el gobierno no quiere reconocer algo que todo sabemos: que parte importante de su base de apoyo está constituido por quienes precisamente apoyaron el golpe de Estado, apoyaron la dictadura y fueron los que el propio Presidente Piñera denominó en su tiempo 'cómplices pasivos'".