Más de 200 fichas de personas extraviadas hay actualmente en la página web de la Brigada de Ubicación de Personas de la Policía de Investigaciones (PDI). Adultos mayores con rasgos de desorientación, trastornos mentales o demencia senil; mujeres que salieron de sus trabajos o casas y nunca más volvieron; niños y niñas que fueron arrebatados de su hogar de cuidado por su madre o padre y hasta ahora, no hay noticias de su paradero. Son los casos de las personas extraviadas en Chile, que hace meses, semanas o años están rodeados de una nebulosa que impide conocer la verdad.
La búsqueda de los que no están comienza por una denuncia de presunta desgracia, desde ese momento la Fiscalía correspondiente y las policías comienzan las diligencias para dar con la persona extraviada. Los primeros momentos son clave, explica la subprefecta Karen Hernández, jefa de la Brigada de Ubicación de Personas (Briup) Metropolitana: “No debe transcurrir un tiempo determinado para interponerla, se necesita erradicar el mito de las 48 horas de desaparecida de la persona para iniciar una investigación. Todo va a depender de la particularidad de cada caso”, dice.
Una investigación reciente es la de María Elcira Contreras (85), mujer que estaba celebrando junto a su familia el Día de la Madre en Limache cuando, de acuerdo al testimonio de sus hijos, se dirigió al baño y no volvió. Ya son 50 días desde su desaparición y las incógnitas crecen. En la zona aledaña al fundo donde se perdió se ha realizado un rastreo con perros adiestrados, detectives e incluso se ha vaciado un canal cercano, y además de estos esfuerzos se hicieron pericias al celular de la mujer para dar con un indicio de su paradero a través de su GPS, sin resultado exitoso. La familia de Elcira Contreras presentó una querella contra todos quienes resulten responsables por secuestro u homicidio.
En el caso de personas desaparecidas, la PDI y Carabineros cuentan con un departamento de búsqueda. En la policía uniformada -desde 2003 hasta la fecha- hay cerca de 20 mil extraviados en sus registros. En la institución explican que anualmente logran dar aproximadamente con 17 mil personas. En lo que va de año, a nivel nacional, reportan 9.443 denuncias por presunta desgracia, de ese total han dado solución a 6.876 casos. En 2022, para concentrar los datos de PDI y Carabineros, se promulgó un proceso unificado de búsqueda junto con la creación de un sistema interconectado.
El capitán Yanlot Zúñiga Bustamante, de la sección de Encargo y Búsqueda de Personas de Carabineros, explica a La Tercera que para mantener el registro “constantemente vamos generando operativos y diligencias de contactividad. Nosotros tenemos convenio con el Servicio Médico Legal, donde nos informan las personas ingresadas y con esta información podemos ir cotejando ciertos rasgos físicos (e identificar a posibles desaparecidos). Este número de denuncias hay que entender que son por diversas causas, hay sujetos que tampoco quieren ser hallados, ya sea porque son delincuentes que utilizan este subterfugio de tener un encargo por desaparición o diversas razones”.
Bustamante cuenta que las diligencias se pueden extender durante años si así lo ordena el Ministerio Público, aunque algunas búsquedas finalizan a las pocas semana. Sin embargo, el capitán afirma que al interior de sus filas “lo último que se pierde es la esperanza”.
Esas mismas palabras ha repetido el hijo de Juan Tapia Rojas, hombre de 53 años que se extravió en el Cerro La Virgen, sector Águila Sur en la comuna de Paine. Según el testimonio de su familia, hace veinte años subía al cerro, dormía allí y descendía al día siguiente como pago de una manda. El Viernes Santo no llegó a registrarse al punto de control del cerro. Sus hijos continúan la búsqueda de forma particular, recorriendo sectores por los que presumen su padre habría andado de excursión. Juan Tapia Rojas lleva 94 días sin volver a su casa.
Sobre la extensión de los rastreos, la jefa de la Brigada de Ubicación de Personas Metropolitana explica que “las investigaciones son dinámicas, esto quiere decir que no es posible compararlas a pesar de mantener elementos similares, ya que cada investigación posee elementos únicos en un contexto determinado y por causas disímiles. Por ello es que existen investigaciones que son esclarecidas en las primeras 24 horas, y otras que requieren de más tiempo”.
Otros que siguen extraviados
La joven María José Ramírez (33) fue vista por última vez el 23 de marzo, alrededor de las 21.00 horas, cerca de su casa en el sector Llahuimavida, comuna de San Carlos, en la Región de Ñuble. Familiares de Ramírez afirman que gracias a los registros de cámaras de seguridad de la zona pudieron ver que ella subió a una camioneta color blanca, sin embargo, después de eso no hay más imágenes de su ruta. En la web de la PDI indican que se puede identificar por sus antebrazos, en donde tiene tatuados los nombres de sus dos hijos: Alfonso y Mabel.
Uno de los casos que aún no se descifra es el de Kurt Martinson, en San Pedro de Atacama. Desde 2014 que no se sabe nada del guía turístico que hoy tendría 45 años. Se le vio por última vez a la orilla de un río con dirección a Catarpe, localidad ubicada a 9 km de San Pedro. Según las versiones de la familia, el joven habría tenido discusiones en su lugar de trabajo, pero se desconoce si tendrían relación con su desaparición. Tras años de búsqueda, su familia creó la fundación Kurt Martinson para ayudar y guiar a otras personas que buscan a seres queridos extraviados.