Durante el año pasado se dieron a conocer dos proyectos emblemáticos por parte del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) que buscan la integración social. Dicha cartera se embarcó este año en el fomento de este tipo de soluciones dentro de las estrategias encuadradas en los cambios en las políticas habitacionales que impulsa el actual gobierno.
Ambos se emplazan en Las Condes, uno en las cercanías de la Rotonda Atenas y el otro en Cerro Colorado, lugar donde actualmente está la Federación de Tenis de Chile y que tienen fecha de salida para febrero de 2020. Mientras el primero tuvo gran repercusión por las manifestaciones de los vecinos que con cacerola en mano rechazaban la propuesta, el segundo tendrá una consulta ciudadana por parte del municipio.
En ese contexto, TOCTOC.com realizó durante diciembre de 2018 una encuesta a 1.187 personas en la que se obtiene como resultado que si bien un 82% está de acuerdo con que se construyan proyectos de integración social en la Región Metropolitana, otro 25% -es decir, una de cada cuatro personas consultadas- le molestaría que se haga cerca de su barrio.
Nicolás Gumucio, gerente general de la plataforma de gestión inmobiliaria, admite que "existen muchos prejuicios en torno a este tipo de iniciativas. En ese contexto, esta encuesta permite transparentar y entregar la opinión concreta de las personas sobre las viviendas sociales y un eventual arribo a de estos proyectos a sus barrios".
El directivo agrega que este estudio demuestra que "hay personas que ven positivamente estos proyectos, pero de preferencia esperan que no los levanten cerca de sus casas".
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La encuesta fue realizada a 1.187 personas.[/caption]
Para el ministro de Vivienda, Cristián Monckeberg, esta encuesta es "una prueba más de que la ciudadanía ve con buenos ojos este tipo de proyectos. Queremos derribar los muros de la segregación y nuestro mensaje ha sido entendido".
Javier Ruiz Tagle, académico e investigador del Instituto de Estudios Urbanos UC, estima que es esperable este resultado. "Muchas personas no quieren que las cosas pasen en su patio trasero, y eso es sobre todo porque la vivienda social ha estado muy estigmatizada", apunta.
Agrega que esta encuesta se realizó en medio del debate sobre el proyecto de ley de integración social y "nadie sabe muy bien cómo van a ser esas iniciativas. A nivel retórico están instalando la idea de integración, pero lo que ocurre es que están generando más posibilidades para que se densifique más".
Lo bueno y lo malo
Dentro de la misma encuesta, se consultó a las personas sobre las cosas buenas y malas que traerían este tipo de proyectos.
Ante la pregunta de si este tipo de iniciativas brinda mejor acceso al transporte, el 78% dice que no y el 22% que sí. Frente a la consulta sobre si conlleva mayor cercanía al trabajo, el 30% dice que sí y el 70% se decanta por la opción negativa.
Por otra parte, el 49% menciona como aspecto negativo que estos proyectos traerán al barrio a vecinos con costumbres diferentes. El 31% cree que sí habría mayor delincuencia y 35% de los encuestados piensa que el sector en el que reside experimentaría pérdida de plusvalía si se instalan allí viviendas de integración.
Para Gumucio, este 35% es bajo. "Parte de los prejuicios en torno al tema tiene que ver con cómo afecta a los precios de las viviendas una iniciativa de este tipo. No hay ninguna evidencia de que la inclusión de conjuntos sociales afecte negativamente la plusvalía de un barrio aledaño a estas", insiste.