Entre decenas de migrantes realizando trámites para su estadía en el país, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Departamento de Extranjería y Migración (DEM) entregaron las cifras de extranjeros llegados a Chile el año pasado.

“Hoy no podemos hablar de migración, sino de extranjeros que son parte de la comunidad chilena, que nacieron fuera del país, pero que hoy día son parte de Chile”, dijo Juan Francisco Galli, subsecretario del Interior.

Las cifras revelaron un alza del 19,4% respecto de 2018. “Todas las comunidades en Chile aumentaron, pero lo que ocurrió es que la cantidad de ingresos que había respecto del año pasado ha disminuido”, explicó Álvaro Bellolio, jefe del DEM.

Al 31 de diciembre de 2019 se registraron 1.492.522 extranjeros en el país, 242.147 más que en 2018, según cifras entregadas por el INE y el DEM. “Hoy, Extranjería es mucho más que un servicio tramitador de visas, es la cara visible del Estado de Chile frente a la población extranjera que viene a vivir a nuestro país, y es por eso que debemos responder con políticas públicas”, expresó Galli.

Venezuela continúa liderando la lista de países con mayor cantidad de residentes en Chile, con 455.494 personas, que representan el 30,5% del total de extranjeros. Le siguen Perú (15,8%), Haití (12,5%) y Colombia (10,8%). En cuanto a los índices de masculinidad, estos bajaron respecto de 2018, que pasó de 106,4 hombres por cada cien mujeres, a 104,8 hombres por cada cien mujeres en 2019.

Mayores restricciones

Durante 2018 se implementaron políticas restrictivas en el ingreso de extranjeros, teniendo como consecuencia esta baja en el alza de migrantes. “Lo que hemos visto es que la migración se está consolidando, (los extranjeros) están pidiendo la permanencia definitiva”, dijo Bellolio.

El mayor cambio en la política para migrantes fue la derogación de la visa por motivos laborales, que permitía a los extranjeros llegar como turistas al país y cambiar su situación migratoria con el tiempo. Frente a esto, quedó vigente la visa sujeta a contrato y un piloto de visa llamado oportunidades laborales, ambas con mayores restricciones.

Bellolio explicó que, “en general, lo que se trató de hacer con estas medidas fue sincerar las razones por las cuales los extranjeros venían al país”. Frente a los cambios implementados, la autoridad explicó que los extranjeros al llegar con la visa y el Rut, facilitan su acceso al mercado laboral y a los distintos servicios del país.

Michelle Viquez, directora social del Servicio Jesuita a Migrantes, señaló que “ha sido bueno que lleguen con Rut, pero al mismo tiempo hemos visto un aumento exponencial de ingresos por paso no habilitado, que últimamente ha involucrado a mujeres embarazadas, adultos mayores, niños, niñas y familias en situación de alta vulnerabilidad”. Además, agregó que “hay una identificación importante con el sentir popular y muchas personas migrantes y refugiadas comparten con los chilenos las mismas historias de pobreza y exclusión”.