El escándalo que destapó el caso de Nido.org y la difusión de fotografías personales de mujeres, reabrió el debate sobre cuán protegidos estamos en una sociedad de la información, donde cada vez más la vida transcurre en internet.
¿Estamos a salvo? Según los expertos, tenemos derechos sobre nuestros datos, pero la legislación es poco clara sobre su protección. Por ejemplo, hoy muchas instituciones y sitios web privados tienen las bases de datos de Rut de la población, la que usan sin consentimiento de las personas, pese a que se puede reclamar.
En las redes sociales, el escenario es más complejo: si uno publica una selfie en Instagram, cede los derechos de uso a esa red social, pero en teoría mantiene el derecho de la propia imagen.
Para casos como el de Nido.org, donde un tercero roba fotografías públicas, se requeriría de la autorización de la persona para divulgar la imagen. Pero Patricia Peña, de la Fundación Datos Protegidos, dice que no hay una legislación que diga expresamente que ese robo sea ilegal. Según los expertos, tenemos 30 años de atraso respecto al resto del mundo.
¿De quién son los datos personales que están en las redes sociales?
Nuestra información es nuestra hasta que la subimos a una red social. Así lo explica Patricia Peña, directora de la Fundación Datos Protegidos, quien advierte que "los datos que quedan en Facebook son de Facebook, porque al entrar uno firma un contrato de políticas de uso. Esto se aplica en WhatsApp, Instagram o YouTube".
Marianne Díaz, analista de políticas públicas de la Fundación Derechos Digitales, agrega que en el caso de las imágenes de personas, como ocurre en Instagram, "existen otros derechos además de la estricta propiedad intelectual de quien la tomó, como el derecho a la propia imagen que tiene el retratado. Este se preserva por separado, aunque de manera simultánea, sobre la misma foto".
¿Qué pasa con el uso de datos por parte de empresas o instituciones?
Marianne Díaz explica que el uso de datos personales, que son los que corresponden a una persona natural y están ligados a su identificación, "requiere la autorización expresa por parte del titular, la que no puede entenderse como tácita". Por lo tanto, "si una persona considera que sus datos han sido divulgados de un modo que no fue autorizado de manera expresa, puede acudir a los tribunales para exigir su eliminación o cancelación".
Eso es lo que ocurre con los sitios web que reúnen información personal, como el Rut de cada chileno. "En la ley debería estar expresado explícitamente que está prohibido publicar esos datos sin consentimiento", dice Peña.
Si alguien obtiene mis datos en redes y los difunde, ¿es delito?
Patricia Peña recalca que en Chile no hay claridad sobre si la difusión de información personal es delito o no, incluso si se trata de datos íntimos, como las fotos.
"No tenemos una legislación o marco legal claro que permita decir que esto no es legal. Tenemos un vacío en materia de datos personales", advierte. Por ejemplo, uno podría quedarse con una fotografía de Facebook, porque es pública, pero ella podría tener variados usos, incluso el de acosar a mujeres. "Mientras una ley no se haga cargo, esto no tendrá sanción", señala.
Díaz enfatiza, no obstante, que el dato personal "no pierde ese carácter porque sea publicado en una cuenta abierta". Así, para divulgarlos o comunicarlos, se requiere "la autorización expresa del titular, que no puede entenderse como tácita en el acto de publicarlos".
¿Cómo aborda la legislación los datos privados en redes sociales?
Pese a que Chile cuenta con legislación sobre datos personales, los expertos creen que está 30 años atrasada respecto al resto del mundo. Carlos Reusser, consejero del Instituto Chileno de Derecho y Tecnologías, recuerda que hay un proyecto de ley en el Senado que busca crear una Agencia de Protección de Datos Personales, el que está entrampado desde el año pasado.
"Ese organismo es crucial, porque hoy si la gente tiene un problema de datos personales tiene que recurrir a los tribunales, iniciar un juicio y pagar abogados. Por ello, mucha gente desiste y no protesta. Dicha agencia se dedicaría a hacer cumplir la protección de datos sin involucrar costos para la gente", explica.
"En el mundo existe conciencia de que es fundamental proteger los datos frente al trato automatizado de la información", agrega.