"Es duro decirlo pero no me sorprenden las cifras, son la punta del iceberg de un problema muy profundo. La cantidad de depresión no tratada es altísima", afirma el geriatra de Clínica MEDs, Juan Carlos Molina, en entrevista a La Tercera TV.

Según el estudio "Suicidio y vejez" del dr. Roberto Sunkel, un 85,5% de los adultos mayores que cometieron suicidio habían asistido repetidamente a un médico general durante 3 meses previos, consultando menos a psiquiatras y/o psicólogos que pacientes de edad mediana. El sondeo también revela que el 4,8% de los adultos mayores entre 60-101 años reconocen haber tenido ideas de muerte en las últimas dos semanas.

"En la consulta lo que pasa es que se minimizan los síntomas de depresión en los adultos mayores porque normalizamos que se quejen o que les duela algo, confundimos el envejecimiento biológico del patológico cuando uno debe consignar una evaluación biosocial en donde se puede hacer una detección temprana de la depresión con 15 preguntas que me permita comenzar a tratar al paciente", explica el geriatra.

Dentro de los factores de riesgo se encuentran las patologías psiquiátricas, las médicas, los procesos cognitivos y neurobiológicos, la personalidad  y la cultura. Sin embargo, son los factores sociales específicamente la desconexión social o la soledad el factor que - en general -se pasa por alto pero que tiene tanto peso en la mortalidad como el tabaquismo, la obesidad y la inactividad física.

"Que alguien viva solo es un tremendo riesgo, esa persona tiene que estar bien en todas las aristas sociales, emocionales y físicas, y debe contar con una red de apoyo firme", enfatiza el experto.

Para Molina, quien también es creador del Observatorio Nacional del Envejecimientos, el desafío está en construir un país que visibilice más a los adultos mayores y en impulsar una política nacional de cuidado con calidad. "El Estado de chileno ha sido negligente con los adultos mayores. Hay que empoderarlos más, que el Senama fiscalice más, que cuente con mayores recursos y que adquiera un enfoque sociosanitario para pasar a una era del cuidar más que del curar y poder envejecer con orgullo", recalca.

Con respecto al debate sobre eutanasia que se ha dado en el congreso y cómo puede repercutir en los adultos, el especialista es enfático al señalar que dirigir el proceso a un grupo etario en particular es estigmatizar la situación. "Lo que nos faltas es hablar más sobre la muerte y humanizarla", afirma.

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