Un equipo del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Universidad de Chile trabaja en secuenciar el ADN de los diaguitas, un pueblo precolombino del norte de Chile, con el objeto de determinar su origen, dijeron a la agencia EFE los responsables de la investigación.

El proyecto se enmarca en "Chilegenómico", un proyecto dedicado desde 2012 a caracterizar la diversidad genética de Chile y establecer las rutas migratorias que precedieron a la conformación de los primeros asentamientos en el norte chileno.

Liderada por el doctor Ricardo Verdugo, la investigación tiene como centro el sitio arqueológico El Olivar, situado al norte de la ciudad de La Serena, a unos 480 kilómetros de Santiago. Para alcanzar su objetivo, el estudio cruzará información genética de restos óseos de más de 1.000 años con datos recolectados entre integrantes de comunidades diaguitas actualmente residentes en las regiones de Coquimbo y Atacama.

El Olivar, descubierto en 2014 durante la construcción una carretera, es una de las mayores excavaciones arqueológicas realizada en Chile y en ella hay rastros de las culturas prehispánicas Molle, Ánimas y Diaguita.

El trabajo incluye también el uso de datos proporcionados por científicos de México y Argentina, que suministrarán información genética de poblaciones aymaras y quechuas, de Perú, y muestras de población residente en los Valles Calchaquíes, de Argentina, donde habitaban los diaguitas en tiempos de la conquista española.

"La propuesta es hacer un estudio de los orígenes de las actuales poblaciones diaguitas en el área geográfica donde esta cultura se localizaba a la llegada de los españoles", explicó Verdugo.

El año pasado el equipo publicó un estudio genómico que determinó que los ancestros de las actuales poblaciones pehuenche y huilliche, habitantes del sur de Chile y Argentina, y los aymaras de Perú, se separaron hace 9.000 años, tras arribar desde Asia a América a través del estrecho de Bering.

"Demostramos que a partir del análisis del ADN, es posible hacer este tipo de investigaciones", subrayó Verdugo.

El estudio busca dilucidar el origen del pueblo diaguita chileno, asentado en el norte entre los siglos VIII y X de la era actual. La hipótesis más extendida indica que los primeros grupos arribaron a valles entre los ríos Choapa y Elqui desde la vertiente oriental de la cordillera de Los Andes.

"Sin embargo, no hay claridad si corresponden a los grupos de los Valles Calchaquíes, pues hay hallazgos arqueológicos más recientes que los vinculan a un origen independiente, a partir de la cultura Ánimas que habitó ese territorio desde el año 700 d.C, siglos antes que los diaguitas argentinos", advirtió Verdugo.

El proyecto fue formulado en conjunto con la arqueóloga Paola González, experta en cultura diaguita, que estuvo a cargo de la excavación de El Olivar, con el apoyo de las comunidades indígenas actuales.

Según Verdugo, El Olivar tiene un estudio arqueológico muy completo, que le da un contexto histórico a la investigación, "y la información de otras poblaciones nos permitirá evaluar la variabilidad genética de distintos grupos".

De ese modo, precisó, "se podrán establecer las rutas migratorias que hayan dado origen a la antigua población de Ánimas y su relación con la actual población diaguita chilena".

Para los responsables del proyecto, las actuales comunidades diaguitas ven en el estudio una oportunidad de establecer su vínculo ancestral con el territorio que han ocupado a lo largo de la historia y es posible, destacó Verdugo, "que el dato genético pueda ayudar a construir parte de esa historia".

Para completarla, el trabajo multidisciplinario con los arqueólogos y antropólogos de El Olivar ayudará a cruzar árboles genéticos, con sus distintas ramas y fechas, con evidencia iconográfica y contextual encontrada en los vestigios históricos.

Una de las posibilidades, indicó Ricardo Verdugo, es evaluar el posible mestizaje ancestral entre diaguitas e incas, en el marco de procesos de transferencia tecnológica entre grupos.

En su opinión, desde la perspectiva antropológica, "se trata de una investigación relevante para responder las inquietudes de los orígenes ancestrales del pueblo diaguita y su identidad, cuestión relevante para su desarrollo".

Y por el lado biomédico, "detectar señales de selección puede ser útil porque propone una función hasta ahora desconocida para un gen específico".

"A partir de eso se pueden abrir nuevas líneas de investigación, identificar blancos terapéuticos o generar hipótesis que ayuden a resolver interrogantes que hasta ahora han permanecido sin respuesta", concluyó.